El secreto de la longevidad: cómo los abuelos de Madrid han descubierto la clave para mantener vivos los comercios centenarios en la capital

El secreto de la longevidad: cómo los abuelos de Madrid han descubierto la clave para mantener vivos los comercios centenarios en la capital

En el corazón de Madrid, capital de España, late una historia de tradiciones y secretos que han permitido a los comercios centenarios mantenerse vivos y florecientes a lo largo de los años. Detrás de cada establecimiento, hay una familia que ha transmitido de generación en generación su pasión y dedicación por mantener viva la llama de la tradición. En este artículo, descubriremos el secreto de la longevidad de estos comercios, que se esconde detrás de la experiencia y la sabiduría de los abuelos de Madrid, quienes han sido los guardianes de la memoria y la historia de la ciudad.

El secreto de la longevidad: cómo los abuelos de Madrid han descubierto la clave para mantener vivos los comercios centenarios

En la calle de la Ruda, Sonia regenta Como en Casa, una tienda de productos biológicos que en 1909 abrió sus puertas como una huevería y posteriormente se reconvirtió en una frutería y verdulería. Los productos que vendemos permiten volver a lo que hemos comido toda la vida: frutas y verduras sin productos químicos y otros alimentos naturales. Ahora nos llamamos tienda biológica, pero estos tomates son como los que vendían mis abuelos, explica Sonia tras el mostrador de la tienda.

La ruta del eterno retorno: cómo los comercios de Madrid han reinventado su legado para sobrevivir

Los comercios centenarios en Madrid han sufrido un proceso similar a este eterno retorno, pues más de cien años en una ciudad tan cambiante requieren de un carácter camaleónico por parte de sus dueños, que han ido adaptándose a las nuevas realidades sin perder de vista la esencia de sus antepasados. En la calle de la Ruda, Sonia y su madre Teresa son las dueñas de la tienda de productos biológicos Como en Casa, que ha tenido que reinventarse para encontrar su hueco dentro un barrio como La Latina, donde ella misma ha sido testigo de todos sus cambios.

Madrid, la ciudad que no olvida: cómo los comercios centenarios han mantenido viva su esencia

En la calle Fuencarral, Joaquín Pérez Cuesta es el responsable de que un comercio de venta de colchones y somieres siga en pie en una de las calles más comerciales de la capital. En su momento los colchones eran de lana y esta se lavaba en el río Manzanares, a la altura de El Pardo, donde estaba el secadero, relata Joaquín. La clave del éxito para Joaquín ha sido siempre no perder de vista lo que han sido toda la vida y confiar en su trabajo para durar otros cien años más.

La clave para la longevidad: cómo los abuelos de Madrid han descubierto el secreto para mantener vivos los negocios

En la calle de Santa Isabel, Carlos y Elena son los hermanos que en la actualidad regentan la Peluquería Vallejo, donde la cuarta generación de peluqueros atiende a sus clientes en un local que te lleva al pasado de la mano de sus antiguas butacas y de una fachada compuesta por azulejos que atrae la mirada de todo el que pasa por delante. Nuestra principal ventaja es el uso de la tijera. Ahora no se maneja como lo hacía antes, todo es a máquina. Nosotros sabemos utilizar las tijeras como nadie y eso nos hace ser diferentes, explica Elena.

El legado de los abuelos: cómo los comercios centenarios de Madrid han sobrevivido a la testarudez del tiempo

En el año 2005, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha un programa de reconocimiento a los comercios centenarios de la ciudad. Desde esa fecha, el Consistorio ha reconocido a 170 establecimientos, a los que ha distinguido con una placa de bronce diseñada por el artista Antonio Mingote, la cual se encuentra junto a la puerta de los locales. Además, la directora de comercio, hostelería y consumo, Concha Díaz de Villegas, anuncia que desde enero de este año, el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado una bonificación del 50% en la cuota del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para estos comercios centenarios, de los que se excluyen los hoteles.