En el corazón de la provincia de Cáceres, se encuentra un pueblo medieval abandonado que ha despertado el interés de los turistas. Ubicado en un entorno natural privilegiado, a orillas de un embalse, este poblado del siglo medio ha sido redescubierto y se ha convertido en un tesoro escondido para aquellos que buscan experiencias turísticas únicas. Rodeado por una impresionante muralla, este pueblo medieval nos transporta a una época de caballeros y señores feudales, permitiéndonos disfrutar de un ambiente auténtico y lleno de historia. La combinación de su arquitectura histórica, su entorno natural y su misterioso abandono, convierten a este lugar en un destino turístico imperdible.
El tesoro escondido de Cáceres: un pueblo medieval abandonado rodeado por muralla y embalse
En España, existen aproximadamente 3.000 pueblos que están abandonados y en los que hace años que una persona no habita en algunas de sus casas. Muchos de ellos tienen un aspecto desolador, aunque algunos de ellos siguen conservando su encanto de antaño y son verdaderas maravillas rurales por las que puedes callejear.
Un ejemplo claro de esto está en Cáceres, donde hay una localidad que permanece casi intacta a pesar de que nadie vive en ella. El antiguo señorío de Granadilla fue uno de los núcleos de población más importantes de la comarca de Trasierra - Tierras de Granadilla, pero lleva décadas deshabitado.
La historia de Granadilla
Los orígenes de Granadilla se remontan a la época de ocupación árabe de la Península Ibérica. Los musulmanes erigieron una fortaleza militar justo en la frontera con los reinos de Castilla, León y Portugal, por lo que la importancia estratégica del fortín era descomunal. Con la Reconquista pasó a manos cristianas, que construyeron su castillo y 'cristianizaron' el recinto amurallado.
Así permaneció hasta la década de los 60 del siglo XX, cuando todos los vecinos fueron obligados a dejar sus casas. Los ya de por sí escasos habitantes de Granadilla tuvieron que abandonar sus viviendas a principios de los 60 a causa de un decreto franquista por el cual se expropiaban las tierras de la localidad para poder construir lo que sería el actual embalse de Gabriel y Galán, quedando el pueblo deshabitado para siempre.
La restauración del señorío
.hasta que los estudiantes llegaron al rescate. En la década de los 80, Granadilla fue incluida en un programa gubernamental para que estudiantes de numerosos colegios e institutos ayudasen a restaurar el señorío, algo que llevan haciendo desde entonces y que ha permitido que se mantenga intacta.
Lo primero que llama la atención de este espectacular enclave es su monumental muralla ovalada, construida en el siglo IX a base de argamasa y pizarra, aunque tras sus dos puertas de arco de medio punto hay otros muchos tesoros.
Qué ver en el pueblo
Justo al lado de la Puerta de la Villa se erige el castillo, construido en el siglo XV con sillería de granito y con un estilo muy peculiar: cuenta con una torre central cuadrada y con cuatro torrecillas semicirculares más pequeñas a los lados. Tiene cuatro alturas y es una de las principales atracciones turísticas de Granadilla.
No puedes dejar de visitar la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas o la iglesia, que fue el único edificio no expropiado.
Cómo llegar a Granadilla
Para poder conocer este increíble señorío, hay que tomar la Autovía de la Plata (E-803) desde Salamanca y coger la salida 442 en dirección Zarza de Granadilla, donde hay un desvío que te lleva directamente a este precioso pueblo abandonado que se puede visitar de martes a domingo.
Los horarios son de 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 20:00 (entre los meses de noviembre y marzo cierra a las 18:00).
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