¿Espinillas o granitos blancos? Descubre la clave para diferenciarlos correctamente

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¿Espinillas o granitos blancos? Descubre la clave para diferenciarlos correctamente

En el ámbito de la dermatología, una de las principales confusiones que se presentan es la diferenciación entre espinillas y granitos blancos. Aunque a simple vista pueden parecer similares, estas dos afecciones cutáneas tienen características y tratamientos completamente diferentes. Lo cierto es que muchos de nosotros hemos llegado a confundirlos, lo que puede llevar a tratamientos ineficaces o even complicaciones en la piel. Sin embargo, no es necesario seguir en la incertidumbre. En este artículo, te presentamos la clave para diferenciar correctamente entre espinillas y granitos blancos, y descubrirás los secretos para tratarlos de manera efectiva.

Descubre los granitos blancos que no son espinillas

Las espinillas pueden confundirse con otro tipo de afecciones de la piel. Sin embargo, no todos los granitos blancos que aparecen en la piel son espinillas. Para aprender a identificar estas protuberancias, hemos entrevistado a la dermatóloga Cristina Schoendorff Ortega, de HM IMI Toledo.

1. Acné: el enemigo número uno de la piel

1. Acné: el enemigo número uno de la piel

El acné está relacionado con la inflamación y la proliferación bacteriana. Según la dermatóloga Cristina Schoendorff Ortega, el acné ocurre cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa producida por la piel y células muertas, lo que provoca la formación de granos, puntos negros, espinillas blancas o lesiones más profundas.

Esta patología de la piel suele producirse por exceso de producción de grasa de las glándulas sebáceas, lo que hace que se cierren los poros junto con las células muertas que no se eliminan. Pueden asociarse a bacterias, lo cual significa una inflamación y dolor añadidos.

Los cambios hormonales juegan un papel clave, especialmente durante la pubertad, el ciclo menstrual, el embarazo y situaciones de estrés. El aumento de hormonas como los andrógenos estimula las glándulas sebáceas, lo que incrementa la producción de sebo.

2. Milium: la queratina atrapada bajo la piel

Otros granitos blanquecinos que pueden hacer acto de presencia en el rostro son los denominados milium, pequeñas protuberancias blancas o amarillentas que se forman cuando la queratina (una proteína de la piel) queda atrapada debajo de la superficie de ésta.

Los milium se presentan bajo la apariencia de pequeños quistes de 1 a 2 milímetros de tamaño, y suelen aparecer alrededor de los ojos, las mejillas y la nariz. Se producen por acumulación de células muertas, después de quemaduras solares, o exfoliaciones profundas mal realizadas.

3. Hiperplasia sebácea: una afección cutánea benigna

La hiperplasia sebácea es una afección cutánea benigna que ocurre cuando las glándulas sebáceas de la piel se agrandan, lo que provoca la formación de pequeñas protuberancias o bultos en la piel.

Estas glándulas sebáceas producen sebo, una sustancia aceitosa que mantiene la piel hidratada. Sin embargo, cuando se agrandan en exceso pueden obstruir el poro y generar unos pequeños bultos blancos que pueden confundirse con espinillas.

4. Siringomas: las glándulas sudoríparas en el foco

Otra posibilidad de aspecto similar (granitos blancos o amarillentos) son los llamados siringomas, pequeñas protuberancias benignas que se desarrollan en las glándulas sudoríparas, que son responsables de la producción de sudor.

Estas lesiones suelen ser inofensivas y son más comunes en mujeres jóvenes, aunque pueden aparecer en cualquier grupo de edad y género. Aunque generalmente son rosadas o amarillentas, también pueden ser blanquecinas y aparecer en zonas con muchas glándulas sudoríparas como alrededor de los ojos, párpados inferiores, mejillas, frente, cuello, pecho, o en los genitales.

5. Queratosis pilaris o 'la piel de lija'

La queratosis pilaris es una afección cutánea común y benigna que se manifiesta como pequeñas protuberancias ásperas en la piel, a menudo descritas como 'piel de gallina' o 'piel de lija'.

Estas protuberancias suelen ser de color carne, blancas o rojas, y suelen aparecer en áreas como la parte posterior de los brazos, los muslos, las nalgas y, en algunos casos, en el rostro.

Esta queratosis se produce por acumulación de queratina, una sustancia que en teoría debe proteger la piel, las uñas y el cabello. Lo más habitual es que esta lesión similar a las espinillas se produzca por herencia, en aquellas personas con la piel seca, así como pacientes con dermatitis atópica y en la adolescencia.

No tiene una cura definitiva, pero la queratosis pilaris puede mejorar su apariencia si hidratamos la piel con esmero; si le proporcionamos una exfoliación suave; si usamos retinoides tópicos; evitando las duchas de larga duración con agua muy caliente; usando ropa holgada; y preocupándonos por humidificar el ambiente en el que nos encontramos.

Susana Vidal

Soy Susana, redactora de la página web Diario Online, un periódico independiente de actualidad nacional española. Mi pasión por la escritura y la veracidad de la información me lleva a investigar a fondo cada noticia que publicamos. Con un enfoque objetivo y crítico, me esfuerzo por ofrecer a nuestros lectores contenidos relevantes y de calidad. Mi compromiso es mantener informada a la sociedad española, abordando temas de interés público con profesionalismo y ética periodística. ¡Gracias por seguirnos en nuestra plataforma digital!

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