La cuarta edición de Polar Sound ha llegado a su fin, dejando tras de sí un rastro de música y emoción en los corazones de más de 16.000 asistentes. Este evento, que reúne a grandes talentos de la escena musical, contó con la brillante participación de artistas de renombre como Ana Mena y Taburete. La energía y la pasión se fusionaron en cada nota, creando un ambiente único y vibrante que envolvió a todos los presentes. Con un éxito rotundo, Polar Sound se consolida como uno de los festivales más destacados del panorama musical, celebrando la diversidad y la creatividad en un escenario de ensueño.
Asistentes disfrutan del Polar Sound con Ana Mena y Taburete en Baqueira
En una edición no tan fría, el Polar Sound ha congregado a 16.000 personas alrededor de la música, la fiesta y la nieve en una ubicación privilegiada en pleno Valle de Arán. En esta cuarta edición, la organización de la ya obligada juerga invernal en Baqueira, provincia de Lleida, ha vuelto a destacar con una cita que se ha desarrollado con sofisticada normalidad los días 5 y 6 de abril.
Polar Sound congrega a miles de personas en una jornada invernal inolvidable
El lugar escogido ha sido una vez más junto a la estación de esquí de Baqueira Beret, un entorno privilegiado en pleno Pirineo catalán, a indescriptible altura, conocido por su naturaleza apabullante y su larga temporada invernal. Para esta nueva edición, la organización, que ha corrido una vez más a cargo de Fever Original, la rama promotora de la conocida empresa madrileña, ha apostado por una carpa climatizada situada en el centro del municipio de Baqueira.
Ana Mena y Taburete brillan en el Polar Sound ante un público entregado
Respecto a la musical, el festival ha decidido apostar por sonidos innovadores, pero también clásicos; una mezcla de grupos y artistas que se ha deslizado por diferentes vertientes de la música con el objetivo de atraer un público familiar, adulto y pudiente. Taburete salió a tocar a las doce de la noche ofreciendo un directo muy bien trabajado que sus múltiples músicos – más de ocho subidos al escenario – supieron explotar como si tocaran en casa.
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