La deducción clave para obtener un 20% de rentabilidad si eres autónomo o dueño de una empresa

La deducción clave para obtener un 20% de rentabilidad si eres autónomo o dueño de una empresa

En el mundo empresarial, la rentabilidad es el objetivo principal de cualquier empresa o emprendimiento. Sin embargo, para alcanzarla, es fundamental conocer las herramientas y estrategias que permiten optimizar los recursos y minimizar los gastos. En este sentido, como autónomo o dueño de una empresa, es esencial estar al tanto de las dédacciones fiscales que pueden ayudar a incrementar la rentabilidad de tu negocio. En este artículo, te revelaremos la deducción clave que puede hacer la diferencia y permitirte alcanzar un 20% de rentabilidad, una cifra que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Desbloquea un 20% de rentabilidad: la deducción clave para autónomos y empresas

Las deducciones son la forma de pagar menos impuestos en el IRPF y también en el Impuesto sobre Sociedades. Si eres autónomo o empresa, es importante que tengas claros cuáles son tus gastos deducibles y también las deducciones a las que tienes derecho, que no son lo mismo.

Dentro de las desgravaciones en el IRPF hay una que normalmente pasa desapercibida: la deducción fiscal por inversiones en espectáculos, producciones y proyectos culturales. Esta deducción permite pagar menos impuestos e incluso generar una plusvalía.

Cómo funciona la deducción por inversión en eventos culturales

Este incentivo fiscal está recogido en el artículo 36 y el artículo 39.7 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades que permite deducir el resultado de multiplicar por 1,2 el importe de las cantidades destinadas a financiar eventos culturales, audiovisuales y musicales.

En otras palabras, no solo es posible desgravar, sino que además se obtiene un beneficio adicional del 20% para la empresa o autónomo, ya que la deducción total es del 120%.

Eso sí, la cantidad resultante no podrá exceder del 50% de la cuota íntegra del autónomo.

Requisitos para aplicar la deducción

Para poder beneficiarse de esta deducción fiscal, es necesario cumplir una serie de criterios, tanto por la parte de las obras a financiar como por la cuantía invertida.

Esta deducción se aplica sobre:

• Producciones cinematográficas.
• Espectáculos en vivo y artes escénicas.

El porcentaje a desgravar depende del tipo de evento. En las producciones cinematográficas, el productor podrá desgravar un 30% del primer millón de euros invertidos y un 25% del resto. Además, por lo menos un 50% de la inversión debe hacerse en territorio español.

En los espectáculos en vivo se podrá desgravar un 20% de la base total del coste de producción siempre que el evento esté certificado por el Instituto de Artes Escénicas y Música. Además, por lo menos un 50% de los beneficios del espectáculo deben destinarse a actividades que den derecho a la deducción.

La fórmula para aprovechar estas deducciones

La fórmula para aprovechar estas deducciones es a través de plataformas como Proincentiva, que básicamente tiene los contactos con las empresas del sector del espectáculo y comercializa deducciones fiscales.

En otras palabras, busca autónomos y empresas que quieran invertir para poder desgravar después. Así, el productor gana porque recibe financiación y los inversores porque pueden desgravar y ganar un 20% de plusvalía sobre ese capital.

Ejemplo práctico de cómo funciona la deducción por inversión en cultura

Empecemos con el productor del evento. Imagina que en Madrid se celebra un festival con unos gastos estimados de 2 millones de euros. Sobre esa cantidad se puede desgravar un 20% o 400.000 euros. Esa es la cantidad de financiación que el promotor puede buscar ofreciendo incentivos fiscales a quien invierta.

Ahora vamos con el inversor. Imagina un autónomo que ha adelantado 40.000 euros en concepto de retenciones de IRPF a través de los pagos fraccionados y estima que ese será el resultado de la declaración. Para reducir su carga fiscal invierte 15.000 euros y adquiere una deducción fiscal del 120% de esa cantidad. Esto equivale a 18.000 euros de deducción, ya que solo quedarían por pagar 22.000 euros en la renta.

El ahorro total en su tramo de IRPF en este caso serán los 3.000 euros de diferencia entre lo que ha invertido y la deducción a la que tiene derecho.

Así es como funciona esta deducción, que normalmente se estructura a través de Agrupaciones de Interés Económico (AIE) en lugar de hacerse de forma directa.