La doble vida: Ventajas y desventajas de ser un familiar autónomo colaborador en el trabajo y en la familia
En la actualidad, es cada vez más común encontrar a familiares autónomos que, además de desarrollar su carrera profesional, también asumen responsabilidades dentro de la unidad familiar. Esta doble función puede generar ventajas, como una mayor flexibilidad y autonomía, pero también puede conllevar desventajas, como la sobrecarga de trabajo y la pérdida de intimidad. En este artículo, exploraremos las ventajas y desventajas de ser un familiar autónomo colaborador en el trabajo y en la familia, y cómo lograr un equilibrio saludable entre ambas responsabilidades.
El doble papel: Ventajas y desventajas de ser un familiar autónomo colaborador en el trabajo y en la familia
En España, cada vez más personas deciden emprender, un camino que a menudo está lleno de obstáculos a superar. Para tener ayuda a la hora de conseguir su objetivo, es posible que se recurra a la figura de persona autónoma colaboradora, que es un familiar de la persona autónoma titular que convive y trabaja con esta para ayudar en su negocio.
El hecho de trabajar con un familiar puede ayudar a la empresa de manera más que notable, sobre todo por el hecho de que conocerá el negocio de una manera mucho más cercana. Sin embargo, para poder adoptar este rol, será necesario cumplir con una serie de requisitos y obligaciones.
Requisitos y obligaciones
Según la legislación vigente, la ley solo permite que se contraten familiares directos hasta segundo grado de consanguinidad o adopción, por lo que solo podrían convertirse en ellos: cónyuge, hijos, nietos, padres o madres, hermanos, abuelos, cuñados y suegros, cumpliendo con el requisito de que tengan un mínimo de 16 años.
A ello hay que sumar el requisito de que debe convivir con la persona autónoma titular o, en su defecto, depender económicamente de ella, y colaborar de forma continuada y habitual con la persona titular en el desarrollo de su negocio.
Ventajas y desventajas de ser un autónomo colaborador
Cuando se ejerce como familiar autónomo colaborador, se dan algunas circunstancias que son beneficiosas tanto para este como para el autónomo titular. Para empezar, este último puede disfrutar de una serie de bonificaciones que puede aplicar en las cuotas de la Seguridad Social. Durante un período de 12 meses, cuando se contrata de forma indefinida a un familiar, los autónomos pueden deducir el 100% de su cuota por contingencias comunes.
Pero, ¿qué pasa con los autónomos colaboradores? Al principio de su actividad, no pueden disfrutar de la ayuda que bonifica la cuota de la Seguridad Social durante los dos primeros años de actividad. Sin embargo, aunque no podrán acceder a esta Tarifa Plana, su cuota estará bonificada. Asimismo, los autónomos colaboradores son considerados como trabajadores por cuenta ajena, no tienen la obligación de presentar las declaraciones trimestrales del IVA ni del IRPF, si bien sí que tienen que presentar la declaración de la Renta y abonar los impuestos que correspondan según los ingresos obtenidos, como cualquier otro trabajador.
Si un autónomo quiere contratar a un hijo menor de 30 años, tiene la posibilidad de acogerse a dos opciones, que son la del autónomo colaborador o bien la contratación en Régimen General. De esta manera, los hijos de un autónomo menores a esa edad, pueden ser contratados por cuenta ajena, aunque en este caso tendría el inconveniente de que el hijo no puede estar cubierto por desempleo.
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