La emocionante celebración de Duplantis: conquista el oro, rompe récord mundial y se enfrenta a un duelo verbal con su hermano
En un día histórico para el atletismo, el saltador de pértiga Armand Duplantis se coronó campeón olímpico y rompió el récord mundial en la prueba de salto de pértiga, alcanzando una altura impresionante de 6.18 metros. Sin embargo, la emoción del triunfo se vio empañada por un duelo verbal con su hermano, Mérédith Duplantis, quien también compitió en la misma prueba. La polémica surgida entre los dos hermanos se convirtió en el tema de conversación del día, eclipsando en parte la gran hazaña de Armand.
Duplantis conquista el oro y rompe récord mundial en París
El sueco Armand Duplantis, con una victoria sin oposición en la pértiga, además con récord del mundo (6,25 metros), fue el rey del Estadio de Francia en Saint Denis. Ante casi 80.000 personas totalmente entregadas, Duplantis demostró por qué es el mejor saltador con pértiga de la historia.
Se llevó el segundo oro olímpico sin ningún tipo de oposición y, cuando ya lo tenía asegurado, trató de deleitar al mundo entero con el intento por batir el récord mundial. Ordenó colocar el listón en 6,25 metros, un centímetro más de la plusmarca que poseía.
Lo intentó una vez. No salió. Lo intentó otra. Tampoco. A la tercera, con el estadio aclamándole, inició la carrera, miró hacía arriba, se impulsó con su pértiga y culminó un salto limpio que le hizo entrar en el olimpo de los más grandes atletas de la historia.
Un récord mundial y una celebración épica
Con el récord del mundo llegó el delirio a Saint Denis y el propio Duplantis acudió a celebrar su gesta con los aficionados del fondo dónde saltó. Sus padres, en la grada, con lágrimas en los ojos, disfrutaron orgullosos de su hijo, un prodigio al que a día de hoy no se le conocen límites.
Cerca de los padres de Mondo también estaban su pareja y sus hermanos, Andreas y Antoine, hacia los que dirigió el genio sueco nada más lograr su proeza. Todo fueron abrazos hacia ella, y luego llegó su hermano. Aquello pareció más un combate de boxeo que un festejo, pues intercambiaron varios puñetazos en el pecho como para quedarse sin respiración.
Ambos hermanos han sido siempre una fuente de inspiración constante para Armand, que les tenía como referentes deportivos y con los que siempre se picaba de pequeño. Ahora, ya puede presumir de haberlos superado.
La victoria sin oposición y el récord mundial de Duplantis fueron la nota más alta de la jornada en el Estadio de Francia, donde se vivió una atmósfera de fiesta con la presencia de decenas de miles de espectadores.
El sueco Armand Duplantis demostró una vez más por qué es considerado el rey de la pértiga, y su nombre ya está grabado en la historia de los deportes como uno de los más grandes de todos los tiempos.
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