La insistente familia que se niega a ceder: su casa en el centro de la ciudad es rodeada por urbanizaciones y sigue sin vender.
En un caso emblemático de resistencia, una familia se niega a abandonar su hogar ubicado en el centro de la ciudad, a pesar de estar rodeado por urbanizaciones y proyectos inmobiliarios que buscan adueñarse del valioso terreno. La propiedad familiar, que se ha mantenido intacta durante generaciones, se ha convertido en un obstáculo para los planes de desarrollo urbanístico de la zona. A pesar de las ofertas millonarias y las presiones de los promotores inmobiliarios, la familia se nega a vender, defendiendo su derecho a permanecer en su hogar y a mantener la identidad histórica del lugar.
La familia más testaruda del mundo: no cederán su casa rodeada de urbanizaciones
Una familia australiana se ha ganado el título en la prensa de ese país como la más testaruda del mundo, y todo por un motivo: se niegan a vender su casa y el terreno que la rodea a los promotores inmobiliarios.
La casa de los Zammit, ubicada en las afueras de Sídney, es el epicentro de la controversia. Cuando la familia compró la propiedad, en la zona no había nada más que campos de cultivo. Sin embargo, con el tiempo, se fueron creando urbanizaciones que han rodeado la casa.
El terreno daría sitio a un buen número de viviendas, se estima que unas 40, por lo que los promotores no dejan de ofrecer dinero a los propietarios, que una y otra vez rechazan las millonarias ofertas que reciben. Según los expertos, el precio del terreno se estima en unos impressionantes 60 millones de dólares australianos (37 millones de euros) en el floreciente mercado inmobiliario de Australia.
La desafiante familia se niega a vender, a pesar de las tentadoras ofertas. La propiedad cuenta con características únicas, como un camino de entrada estilo Castillo de Windsor que tiene 200 metros de largo, un granero enorme en la parte trasera y un garaje para tres coches. Además, la casa ofrece vistas a las pintorescas Montañas Azules y está a unos 40 minutos en coche del distrito comercial central de Sídney.
La propiedad de los Zammit tiene más de cincos dormitorios y, según los vecinos, el césped tarda alrededor de dos horas y media en cortarse. La casa está rodeada por unos 750 metros de valla para contener las crecientes y continuas obras de construcción que se están llevando a cabo a su alrededor.
La familia Zammit se ha convertido en una especie de símbolo de resistencia contra la presión de los promotores inmobiliarios, y su determinación para mantener su hogar ha generado un gran interés en la prensa y la opinión pública.
La pregunta es: ¿Cuánto tiempo podrá mantener la familia Zammit su resistencia ante la presión de los promotores y el valor creciente de su propiedad?
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