La migraña es un tema de salud que preocupa a la comunidad médica debido a su alta prevalencia y impacto negativo en la calidad de vida de las personas que la padecen. A pesar de ser un problema común, la migraña se diagnostica tardíamente en muchos casos, lo que puede llevar a una crónica y principal causa de discapacidad. Esta enfermedad no solo afecta la capacidad para realizar actividades cotidianas, sino que también tiene un impacto emocional y psicológico significativo en los pacientes y sus familiares. Es fundamental conocer los síntomas y factores de riesgo para detectarla a tiempo y recibir un tratamiento efectivo, evitando así las graves consecuencias que puede tener en la vida de las personas.
La migraña: un problema de salud que se diagnostica tardíamente y puede ser causa de discapacidad
En España, más de 5 millones de personas sufren migraña, pero solo la mitad ha recibido un diagnóstico. Esta enfermedad sin cura, pero con avances en tratamientos, afecta a 1 de cada 7 personas en todo el mundo y es la primera causa de discapacidad entre adultos menores de 50 años, principalmente mujeres.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña se diagnostica con hasta 6 años de retraso en España. Además, los médicos de Atención Primaria estiman que 4,5 millones de españoles la sufren de forma ocasional y cerca de un millón de forma crónica.
Un problema silenciado
La migraña es una de las enfermedades más incapacitantes, pero está banalizada y estigmatizada, según la neuróloga Patricia Pozo. La enfermedad afecta al 18% de las mujeres y al 9% de los hombres, y en su forma crónica también afecta mayoritariamente a mujeres: el 6% frente a algo menos del 3% de los hombres.
Se considera padecer la enfermedad de forma crónica cuando la cefalea que produce la migraña se padece más de 15 días al mes. En los peores casos, más del 50% de las personas que la sufren presentan un grado de discapacidad grave o muy grave.
Factores que influyen en la discapacidad
La alta relación entre el estrés, relacionado con condiciones laborales, económicas y sociales, y el desarrollo de migrañas y otras cefaleas ha hecho que en las últimas décadas su prevalencia sea mayor entre las personas más desfavorecidas. Además, el estrés, la obesidad, los estilos de vida o la falta de sueño también influyen en la discapacidad que provoca la migraña.
Un fármaco consigue detener las migrañas cuando se toma justo al comienzo del episodio. Sin embargo, más del 50% de las personas que padecen migraña se automedican con analgésicos sin receta, lo que puede cronificar la enfermedad.
Avances en el tratamiento
En los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento de la fisiopatología de la migraña, con fármacos que se administran mediante una inyección subcutánea o intravenosa y que cuentan con una periodicidad mensual o trimestral.
Si bien la migraña no tiene cura, los expertos recuerdan que con un correcto tratamiento y seguimiento de la enfermedad la gran mayoría de los pacientes pueden lograr importantes mejorías en su calidad de vida.
La migraña es una cefalea primaria frecuente, severa e incapacitante que reduce significativamente la calidad de vida de los pacientes, aumenta el riesgo de padecer otras muchas enfermedades como ictus, infarto de miocardio, ansiedad, depresión, o insomnio y tiene un enorme impacto económico en la sociedad por el absentismo y la pérdida de productividad que genera, ha explicado Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
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