- La obsesión por la exclusividad a través de la publicidad en redes sociales: el costo insólito para la supervivencia de especies amenazadas
- La obsesión por la exclusividad en redes sociales: costos insólitos para la supervivencia
- El lucrativo negocio de la vida silvestre: especies al borde de la extinción
- La caza furtiva: un crimen organizado que destruye ecosistemas y altera la genética
- La responsabilidad indirecta de las redes sociales en el tráfico ilegal de especies exóticas
- El papel de las redes sociales
- Furtive Hunter Simulator, un juego contra la caza furtiva
En la era digital, la publicidad en redes sociales ha alcanzado un nivel sin precedentes, y con ella, una obsesión por la exclusividad que ha llevado a las marcas a utilizar imágenes impactantes y atractivas para llamar la atención de los consumidores. Sin embargo, detrás de esta estrategia de marketing se esconde un costo insólito que pone en peligro la supervivencia de especies amenazadas. La explotación de la biodiversidad para fines publicitarios ha generado una conciencia creciente sobre la importancia de adoptar prácticas sostenibles y responsables en la publicidad. En este sentido, es necesario analizar el impacto que tiene la publicidad en redes sociales en la conservación del medio ambiente y la protección de las especies en peligro de extinción.
Cada año, millones de animales son víctimas del tráfico de vida silvestre, un crimen que ocupa el tercer puesto en el ranking mundial de delitos organizados, después del tráfico de drogas y de armas. Este lucrativo negocio mueve miles de millones de euros y alimenta una demanda insaciable por especies exóticas, que a menudo son capturadas como objetivo de la mal llamada medicina tradicional y, en otros casos, vendidas como mascotas.
El lucrativo negocio de la vida silvestre: especies al borde de la extinción
Para muchos, poseer un animal exótico es una señal de estatus y de exclusividad que genera admiración. Fenómeno que han amplificado las redes sociales, con innumerables publicaciones que muestran loros coloridos, serpientes, primates y felinos salvajes en entornos domésticos. Sin embargo, la realidad es que estas especies, aunque a veces criadas en cautiverio, también son arrancadas de su entorno natural mediante la caza furtiva.
A pesar de que el comercio de vida silvestre está regulado por organismos internacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), muchas de estas especies son capturadas ilegalmente. Según un estudio publicado en The Royal Society, más de 300 especies de mamíferos están al borde de la extinción debido a la caza furtiva.
La caza furtiva: un crimen organizado que destruye ecosistemas y altera la genética
La caza furtiva para el comercio de mascotas no se limita a un solo continente y ha diezmado poblaciones enteras de especies. En África, la caza furtiva de elefantes y rinocerontes por sus colmillos y sus cuernos sigue siendo devastadora, impulsada por la demanda en el mercado chino y en el vietnamita. En Madagascar, la codiciada tortuga radiada ha sido llevada al borde de la extinción, al igual que el popular loro yaco o loro gris africano.
Uno de los efectos más impactantes de la caza furtiva es el de los elefantes africanos, que están empezando a nacer sin colmillos debido a la presión durante décadas de esta práctica, que ha alterado la genética de la especie en un intento desesperado por sobrevivir.
El problema del mascotismo de especies exóticas también tiene consecuencias graves para los ecosistemas locales. Especies invasoras como la cotorra argentina, la tortuga de Florida o la culebra real de California fueron originalmente introducidas como mascotas en España, pero al ser liberadas o escapar en la naturaleza, han comenzado a desplazar a las especies nativas y alterar el equilibrio de los ecosistemas, convirtiéndose en una grave amenaza para los ecosistemas locales.
Para combatir el tráfico ilegal de vida silvestre y la caza furtiva, la Unión Europea ha implementado una serie de medidas, como la reciente Directiva sobre protección del medio ambiente mediante el Derecho penal, que sustituirá a las Directivas 2008/99/CE y 2009/123/CE y que aumenta las sanciones y tipifica el comercio ilegal de especies por Internet como delito.
Desde organizaciones políticas de conservación como el Eurogrupo para los Animales, insisten en que es necesario aplicar con mayor firmeza estas leyes para que sean efectivas. Operación contra el tráfico ilegal de especies, la Guardia Civil incauta 421 especímenes protegidos.
Por otro lado, se han propuesto soluciones como la creación de listados positivos que limiten qué especies pueden comercializarse como mascotas exóticas, pero, pese a ser una de las promesas más esperadas de la Dirección General de Derechos de los Animales en España, aún no se han visto avances significativos en la elaboración de este listado.
Internet ha facilitado en gran medida el comercio ilegal de animales exóticos y pese a que las plataformas eliminan millones de vídeos ilegales, la disparidad de legislación en los países del mundo hace que sea imposible eliminarlos a todos.
La responsabilidad indirecta de plataformas como TikTok ante el tráfico ilegal de especies exóticas destinadas al mascotismo ha llevado a que realicen movimientos para contrarrestar su impacto negativo y unirse a coaliciones globales para frenar el tráfico de vida silvestre en línea. A pesar de esto, los animales continúan siendo capturados y vendidos debido a la alta demanda y la falta de regulaciones más estrictas.
Lista roja: CAPTURA
Las especies más vulnerables: pangolines, grandes felinos, primates, reptiles. El ansia por poseer especies exóticas afecta a una amplia gama de animales. Uno de los casos más trágicos es el del loris perezoso, cuyos vídeos virales en plataformas como YouTube desde 2015 han alimentado una demanda masiva de estos animales, lo que ha resultado en una caza furtiva desenfrenada para satisfacer las necesidades del comercio de mascotas a nivel internacional.
Otro ejemplo es el tráfico de primates. Según un estudio de Naciones Unidas citado por el Eurogrupo para los Animales, por cada chimpancé que se mantiene como mascota, otros diez mueren durante su captura o transporte debido a las precarias condiciones en las que son atrapados y a la violencia de la caza furtiva.
El caso de los felinos de especies salvajes no es menos preocupante. El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) subraya que la fascinación por estos animales, que van desde felinos como el serval o el caracal hasta tigres y leones, ha llevado a un aumento en el comercio internacional. Estos animales, a pesar de su atractivo, suelen ser peligrosos e inmanejables como mascotas.
El sufrimiento y el abandono de las mascotas exóticas: uno de los problemas más evidentes del comercio de mascotas exóticas es que los compradores suelen desconocer las necesidades fisiológicas y etológicas de estos animales. Animales como las serpientes, por ejemplo, requieren espacio suficiente para estirar su cuerpo en toda su longitud, pero a menudo se las mantiene en pequeños terrarios que no les permiten hacerlo.
Esta situación ha llevado a que los centros de rescate se vean desbordados por la cantidad de animales abandonados cuando los propietarios ya no pueden cuidarlos.
Furtive Hunter Simulator, un juego contra la caza furtiva
Para informar sobre la existencia de esta lacra y concienciar al respecto, alumnos del Grado en Creación y Narración de Videojuegos de la Universidad Francisco de Vitoria han desarrollado un newsgame disponible de manera gratuita para dispositivos llamado 'Furtive Hunter Simulator'. El jugador adopta el rol de un cazador furtivo que irá viendo, inexorablemente, cómo se va reduciendo el número de potenciales presas y acaba en la cárcel, no sin antes ir viendo una serie de noticias sobre las consecuencias de la caza furtiva.
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