En un escándalo que ha generado gran indignación entre la población, se ha descubierto que la mayoría de los consumidores han detectado la reduflación, una práctica sospechosa que consiste en reducir el tamaño de los productos mientras se mantiene el mismo precio. Según un estudio reciente, un abrumador 54% de los consumidores ha denunciado a marcas por esta práctica engañosa. Ante esta situación, el Congreso ha decidido tomar medidas para proteger a los consumidores y garantizar la transparencia en la publicidad y el etiquetado de productos.
La Reduflación, una práctica sospechosa detectada por la mayoría de los consumidores
La crisis inflacionista que los consumidores españoles están padeciendo en los últimos tiempos ha cambiado su forma de comprar. La adquisición de más productos marca blanca, compras más pequeñas o la búsqueda constante de ofertas han sido algunos de los nuevos hábitos incorporados como consecuencia de la subida de los precios.
Las marcas, ante la misma tesitura, también han cambiado sus estrategias de venta. Entre ellas, figura la conocida como reduflación, que consiste en reducir el tamaño o cantidad de un producto manteniendo o incluso elevando su precio. Esta práctica, no obstante, es legal siempre que se informe en el envase del nuevo volumen de producto que se pone a la venta.
La reduflación daña la economía doméstica porque afecta sobre todo a productos de consumo muy frecuente, como los alimentos envasados, por lo que tiene un gran impacto en las finanzas familiares y personales.
Más de la mitad de los consumidores percibe la reduflación en los productos de alimentación
Productos como detergentes, que se han reducido hasta una cuarta parte, y cereales, con un 22% menos de contenido, son claros ejemplos de cómo las empresas ajustan sus costes sin modificar el precio visible.
Javier Cuervo, profesor de ADE en UNIE Universidad, perteneciente a Planeta Formación y Universidades, afirma que el problema es que muchos compradores no detectan estos cambios de inmediato, ya que los nuevos tamaños no siempre se comunican claramente en el etiquetado y que esa falta de transparencia provoca que los consumidores se sientan engañados.
La reduflación, si no se comunica adecuadamente, puede erosionar la relación entre las marcas y los consumidores a largo plazo, dañando la confianza en un contexto económico ya complicado, advierte.
Inaceptable para el 60% de españoles
Esta estrategia, sin embargo, no está pasando desapercibida para los consumidores, que cada vez parece que perciben más estas políticas que van contra sus intereses.
En el caso de España, hasta un 54% de los ciudadanos afirma percibirlo en sus compras, tal y como refleja el reciente estudio Global Inflation Monitor realizado por la empresa de investigación de mercados Ipsos.
El informe señala además que esta práctica es inaceptable para el 60% de los españoles, siendo uno de los países más críticos de Europa tras Francia (67%), Suecia (63%) y Países Bajos (61%).
Entre los productos en los que la ciudadanía nota más la reduflación se encuentran los snacks, con un 52% de los entrevistados que dicen darse cuenta, seguidos del pan, pasta y arroz con un 39%; los dulces y chocolates (37%), y la comida precocinada con un porcentaje del 36%.
La pelota está ahora en el tejado del Ejecutivo
Este hecho no ha pasado desapercibido para los partidos políticos y este mes de septiembre el Congreso de los Diputados ha instado al Gobierno a tomar medidas mediante la aprobación de una proposición no de ley.
La propuesta, presentada por el grupo parlamentario PSOE, salió adelante con el voto a favor de todos los grupos (308 síes), a excepción de VOX, que se abstuvo, y la ausencias de siete diputados de Junts.
En concreto, los socialistas plantean que el Gobierno obligue a las empresas a informar a los consumidores de forma clara sobre cualquier disminución en el tamaño o peso de un producto cuando se mantenga un precio equivalente o superior.
También pide al Ejecutivo a reforzar el control sobre la presentación de los productos que pueda inducir a error sobre la cantidad que contienen sus envases y realizar campañas informativas para que los consumidores puedan reconocer las prácticas de reduflación y saber cómo actuar para protegerse de ellas.
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