En un caso que conmociona a la opinión pública, se ha presentado una acusación particular contra una madre que se encuentra imputada por el asesinato de su propia hija de solo cuatro años en la localidad de Sant Joan Despí. La sociedad se pregunta cómo puede ocurrir un hecho tan atroz y se busca respuesta a la pregunta de si la maldad puede tener género. Sin embargo, la realidad es que la maldad existe y no distingue entre hombres y mujeres. A continuación, se presentará un análisis detallado del caso y se explorarán las circunstancias que llevaron a este trágico suceso.
La despiadada matanza de una madre: La maldad existe y no tiene sexo
En la primera jornada del juicio por el asesinato confeso de una niña de cuatro años a manos de su propia madre, la acusación particular ha lanzado un fuerte mensaje: La maldad existe y no tiene sexo.
El caso, que se celebra con jurado popular en la Audiencia de Barcelona, tiene conmocionado a la sociedad. La madre, María Cristina R.E., está acusada de asfixiar a su hija Yaiza en mayo de 2021, aprovechando que se encontraba dormida o bajo los efectos de una sustancia sedante que ella misma le administró.
Un hecho abominable
La acusación particular ha calificado el asesinato como un hecho abominable y ha destacado que nadie en el entorno laboral de la mujer, que trabajaba en un hospital, detectó previamente ninguna enfermedad mental. La defensa de la madre, en cambio, ha pedido la absolución alegando que la mujer sufría un trastorno mental, fruto de una grave depresión.
La Fiscalía y la acusación particular piden prisión permanente revisable para la madre, que confesó haber asesinado a su hija. El fiscal ha querido remarcar al jurado que tiene que diferenciar entre un estado de ánimo malo y una enfermedad o trastorno mental.
La versión de la defensa
La defensa de la acusada ha explicado que, antes de la noche del asesinato, María Cristina llevaba semanas pensando en el suicidio y que, ante el miedo de dejar a su hija en manos de la familia del padre, y por temor a que la niña perdiese el contacto con su familia materna, decidió “que se fuera de este mundo con ella”.
La defensa ha descrito a la acusada como una mujer con rasgos depresivos y esquizofrénicos que no quería dejar a su hija en un ambiente “hostil” que podía ser “dañino para Yaiza”.
La Fiscalía y la acusación particular esperan que el jurado sea consciente de la gravedad del delito y condene a la madre a prisión permanente revisable.
La sociedad está conmocionada por este caso y espera que se haga justicia. La pregunta que todos se hacen es: ¿cómo una madre puede hacer algo tan terrible a su propia hija?
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