La sorprendente catedral submarina escondida a 100 metros bajo el mar que debes visitar al menos una vez en tu vida
En el fondo del mar, a una profundidad de 100 metros, se esconde un lugar que parece sacado de una historia de ficción. Una catedral submarina impresionante, con paredes y arcos que se elevan hacia la superficie, como si fuera un milagro de la naturaleza. Esta maravilla submarina, desconocida para muchos, es un lugar que debes incluir en tu lista de sitios que debes visitar al menos una vez en tu vida. Prepárate para sumergirte en un mundo de belleza y misterio, donde la naturaleza y la arquitectura se unen en perfecta armonía.
Descubre la catedral submarina de sal escondida en Polonia
Si alguna vez soñaste con explorar un lugar que parece sacado de una novela épica, las minas de sal de Wieliczka, en Polonia, son un destino imprescindible. En ellas se oculta la impresionante capilla soterrada de Santa Kinga, una catedral esculpida enteramente en sal situada a 100 metros bajo tierra, en un complejo subterráneo que no solo es uno de los más antiguos del mundo, sino que también está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1978.
Con más de 700 años de historia y nueve millones de metros cúbicos de huecos de excavación, las minas de Wieliczka alcanzan una profundidad de 327 metros y se extienden por más de 245 kilómetros de galerías. De ellos, el recorrido turístico incluye solamente 3,5 kilómetros, a lo largo de los cuales se despliegan espectaculares estatuas de sal, cámaras y capillas subterráneas, e incluso un lago.
La capilla de Santa Kinga, una joya subterránea
Sin embargo, la auténtica joya de este mundo subterráneo es la capilla de Santa Kinga. Este enorme espacio, con sus altísimas bóvedas, relieves y candelabros tallados en sal, ha sido esculpido por generaciones de mineros y sorprende a los más de 800.000 visitantes que la recorren cada año, según precisa el portal Civitatis.
Ni Varsovia ni Cracovia: este es el lugar de Polonia famoso por su arquitectura gótica y plazas medievales.
Una historia rica y tumultuosa
Desde la visita del astrónomo Nicolás Copérnico hasta la de Napoleón Bonaparte en 1809, la catedral subterránea de la sal ha atraído a personajes ilustres a lo largo de los siglos. Además, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis utilizaron sus túneles como almacén de guerra y fábrica subterránea. Aunque la producción armamentística no llegó a materializarse, las minas fueron un sombrío testigo de aquel turbulento período.
Un destino turístico único
En la actualidad, las minas de Wieliczka siguen siendo uno de los destinos turísticos más destacados de Polonia, combinando historia, arte y un paisaje natural único. La capilla de Santa Kinga, con su ambiente casi místico, es un lugar que vale la pena experimentar al menos una vez en la vida.
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