La sorprendente verdad detrás de la mala combinación en el almacenamiento: ¿Por qué debes separar patatas y cebollas en el armario de la cocina?

En el ámbito de la cocina, la organización y almacenamiento de los alimentos frescos es fundamental para mantener su calidad y durabilidad. Sin embargo, existe una mala combinación comúnmente utilizada en muchos hogares que puede tener consecuencias negativas en la conservación de dos ingredientes básicos: las patatas y las cebollas. La mayoría de las personas suelen almacenar estas dos hortalizas juntas en el armario de la cocina, sin saber que esta práctica puede acortar su vida útil y afectar su sabor y textura. En este artículo, descubriremos la sorprendente verdad detrás de esta mala combinación y por qué es fundamental separar patatas y cebollas para mantener su calidad y frescura.

La sorprendente verdad detrás de la mala combinación en el almacenamiento: ¿Por qué las patatas y cebollas no deben estar juntas?

Cuando nos adentramos en el mundo de la cocina, la correcta conservación de los alimentos es clave para mantener su frescura y calidad durante el mayor tiempo posible y así evitar el desperdicio porque se hayan estropeado. Sin embargo, hay algunos errores que, sin darnos cuenta, cometemos y que afectan a los alimentos que guardamos en la despensa o el frigorífico. Uno de los más comunes en España, es guardar las patatas y cebollas juntas.

Aunque parece práctico y lo vemos en muchos hogares, esta combinación puede acelerar el deterioro de ambos alimentos. Pero, ¿por qué no se deben guardar juntas?

El etileno, el gas natural que acelera el deterioro

La principal razón por la que no se deben almacenar las patatas y cebollas juntas es el etileno. Este es un gas natural que liberan algunas frutas y verduras durante su proceso de maduración, y las cebollas, es un ejemplo de ellas. Por eso, aunque este gas es beneficioso para acelerar la maduración en algunos casos, no lo es para las patatas, ya que el etileno solo conseguirá que les empiecen a brotar raíces y se echen a perder más rápido.

La humedad y los olores que afectan la calidad de las patatas

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las cebollas son muy propensas a liberar humedad y olores que van a afectar la calidad de los tubérculos si se guardan en el mismo lugar. Esta humedad provocará que las patatas se pudran más rápidamente, ya que favorece el crecimiento de moho y bacterias. Además, las patatas son como esponjas a la hora de absorber olores, por lo que almacenándolas juntas es probable que acaben teniendo un regusto a cebolla.

Diferentes requisitos de temperatura para una correcta conservación

Por último, la tercera razón por la que no es conveniente guardar en el mismo lugar estos dos alimentos se debe a que tienen diferentes requisitos de temperatura para conservarlas bien. Las patatas se conservan mejor en un lugar fresco y oscuro, a una temperatura de entre 4°C y 10°C para evitar que germinen y mantengan su firmeza. Por otro lado, las cebollas prefieren un ambiente seco y alrededor de los 12°C, para evitar que se humedezcan y se pudran.

Cómo almacenarlas correctamente

Para mantener las patatas y cebollas frescas por más tiempo, lo mejor es almacenarlas por separado y en las condiciones adecuadas.

Las patatas deben estar en un lugar fresco y con buena ventilación, como una despensa o un sótano, evitando siempre meterlas al frigorífico. Además, hay que tenerlas en una cesta de mimbre para favorecer esa ventilación e impedir la humedad que las deteriora.

Mientras, las cebollas deben guardarse en un lugar seco y fresco para evitar la aparición de moho. Y también es aconsejable que estén en una cesta o en una malla para que estén ventiladas.