- Las minas de plata de Potosí, con 400 años de historia, consiguen el título de Patrimonio de la Humanidad y se convierten en un destino turístico inigualable
- Potosí, un patrimonio de la Humanidad: descubre las minas de plata y la riqueza natural de la región
- Un pasado minero rico
- El Sitio Histórico de la Mina de Sado
- Más allá de las minas
- Alojamiento y gastronomía
- Cómo llegar a la isla de Sado
Las minas de plata de Potosí, con 400 años de historia, consiguen el título de Patrimonio de la Humanidad y se convierten en un destino turístico inigualable
En un gran logro para la cultura y la historia de Bolivia, las minas de plata de Potosí han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, un título que avala la importancia de este lugar como testigo de la riqueza y la opulencia de la época colonial. Con más de 400 años de historia, estas minas han sido el motor económico de la región y han dejado un legado arquitectónico y cultural único en el mundo. Esta distinción convierte a Potosí en un destino turístico inigualable, atractivo para viajeros y amantes de la historia que buscan descubrir los secretos de este lugar emblemático.
Potosí, un patrimonio de la Humanidad: descubre las minas de plata y la riqueza natural de la región
La isla de Sado, ubicada en el mar de Japón, es un paraíso natural escondido que alberga un tesoro cultural y natural único. Con 855 kilómetros cuadrados de extensión y una forma de Z, esta isla es conocida por sus paisajes de gran belleza natural y su riqueza en metales preciosos, como el oro y la plata.
Un pasado minero rico
La extracción de oro y plata en la isla de Sado comenzó en 1601 y duró casi 400 años, hasta que se detuvo en 1989. Durante este período, se extrajeron un total de 78 toneladas de oro y más de 2.330 toneladas de plata. Los vestigios de este pasado todavía se conservan hoy en día, y las minas de Sado acaban de ser incluidas en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El Sitio Histórico de la Mina de Sado
En la actualidad, el Sitio Histórico de la Mina de Sado es una instalación turística donde los viajeros pueden aprender sobre los cambios en la tecnología minera y los métodos de producción, mientras observan los vestigios patrimoniales de los pozos, así como las instalaciones de tratamiento del mineral.
Entrada a las Minas de Sado. Getty Images/iStockphoto
La longitud del túnel excavado en la mina es de 400 kilómetros. Los viajeros pueden seguir dos recorridos: el túnel del período Edo (Sōdayu) y el túnel del período de Meiji (Dōyu). El túnel de Sōdayu es un recorrido de 30 minutos que recrea la experiencia minera del período Edo, mientras que el túnel Dōhyu, excavado en la era Meiji, nos permite hacer una ruta de 40 minutos con la que podemos ver los carros de la mina y el patio de trituración que quedaron intactos desde aquella época.
Más allá de las minas
La isla de Sado es un destino ideal para el senderismo y el turismo de naturaleza, con sus pintorescas playas, terrazas de arrozales y carreteras montañosas. La mejor forma de explorar esta vertiente escarpada de Japón es por carretera, a través de sus rutas panorámicas.
Casas de madera junto al Lago Kamo en la Isla de Sado. Getty Images/iStockphoto
La isla ofrece experiencias únicas como navegar en un tarai bune (una peculiar barcaza con forma de gran cuenco de madera circular) en Ogi o participar en el Festival Anual de la Celebración de la Tierra (Earth Celebration), un evento que reúne cada mes de agosto a los mejores intérpretes de taiko (tambor tradicional japonés) y otro tipo de conciertos amenizados con teatros alternativos y gastronomía étnica.
Alojamiento y gastronomía
Los visitantes podrán alojarse en los tradicionales ryokan, relajándose con baños termales. Sado también es conocida por sus arrozales de Iwakubi Shoryu y su producción sostenible, permitiendo a los viajeros degustar el exquisito arroz de Niigata y el típico sake local.
Turistas montados en tarai bune en la ciudad de Ogi (Isla de Sado). Getty Images
Cómo llegar a la isla de Sado
La isla de Sado se encuentra en el mar de Japón, a 45 kilómetros al oeste de la ciudad de Niigata. Para llegar a esta isla, concretamente al puerto de Ryotsu, la mejor opción es vía jetfoil (hidrodeslizador) de alta velocidad o el ferry. Para ir a las minas, los viajeros pueden optar por un autobús con un trayecto de unos 70 minutos. También se puede alquilar un coche en la zona portuaria.
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