En un contexto de creciente movilidad internacional, la situación en el Aeropuerto de Barajas ha llamado la atención del sindicato policial, que denuncia la sobrecarga de las salas de asilo en este importante hub aéreo. El aumento significativo de personas que hacen escala en el aeropuerto ha generado una situación compleja que requiere una respuesta efectiva y respetuosa con los derechos humanos. Es fundamental recordar que la dignidad y el respeto deben ser principios fundamentales en la atención a todas las personas, independientemente de su origen o condición.
Saturación en el aeropuerto: sindicato policial denuncia sobrecarga de salas de asilo en Barajas
La Confederación Española de Policía (CEP) ha denunciado la saturación de las salas de asilo del aeropuerto de Madrid-Barajas debido a la llegada de jóvenes mauritanos que aprovechan su escala para pedir asilo.
Según la CEP, estos jóvenes, que no suelen superar los 30 años de edad, llegan a España desde el Aeropuerto de Casablanca (Marruecos), con la intención de hacer escala en España y después viajar a países sudamericanos. Sin embargo, una vez en el país, rompen su pasaporte y piden asilo, haciéndose pasar algunos por menores de edad.
Este fenómeno ha saturado las salas de asilo y comenzó a ser preocupante en junio, cuando aumentó la llegada de mauritanos en un 350% en relación con el mes anterior.
Exigencia de medidas urgentes
La CEP exige que se desbloquee la situación con urgencia, en cuestión de días, con la activación del visado de tránsito aeroportuario que permita hacer escala en España pero no acceder al país, además de imponer una serie de requisitos antes de realizar el viaje, para evitar fraudes o el tráfico de seres humanos.
Actualmente, hay una media diaria de entre 140 y 170 mauritanos esperando a que se tramite su solicitud de protección internacional, y las solicitudes de asilo de mauritanos en el aeropuerto suman casi el 15% del total de las registradas este año, siendo así tras Senegal, el país con mayor número de solicitudes de protección internacional.
Nos estamos acercando a un escenario que se debe evitar a toda costa, han añadido preocupados.
Flujo migratorio encubierto
La llegada de cientos de ciudadanos mauritanos a España no constituye un fenómeno con una justificación objetiva, como sí ocurre con los nacionales de Venezuela, sino que se trata de un flujo migratorio inducido por intereses económicos.
La CEP ha explicado que la Comisaría General de Extranjería y Fronteras ya reclamó la imposición de un visado sin éxito hace meses y que esta medida no ha salido adelante por la pasividad de ambos ministerios.
Tanto el Ministerio del Interior como el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación deben poner fin a estos flujos migratorios ilegales con urgencia, sin esperar a que sean un problema que vuelva a colapsar las salas de acogida de peticionarios de asilo en el aeropuerto de Barajas, ha exigido la CEP.
Lentitud de reflejos del Gobierno
El sindicato ha considerado que ambos ministerios no pueden seguir exhibiendo una lentitud alarmante, ya que a su parecer este es un fenómeno que amenaza con convertir una infraestructura crítica por tratarse de un punto de entrada a España y al espacio Schengen, en una oportunidad para las redes de tráfico de personas.
La consejera de Familia de la Comunidad de Madrid ya había pedido a Marlaska que cerrará el coladero de Barajas.
Por último, se han mostrado también preocupados ante el riesgo de sufrir un motín por parte de aquellos migrantes a los que les deniega esa petición de protección internacional. Además, han afeado a Cruz Roja que hayan abandonado sus cometidos asistenciales en Barajas, es un deplorable ejemplo de egoísmo solidario que ha obligado a que sean los policías quienes distribuyan comida o medicinas, cuando ese no es su cometido, ha concluido la CEP.
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