Noche y Ozono: Éstas son las sustancias peligrosas que respiramos al entrar a un garaje

Noche y Ozono: Éstas son las sustancias peligrosas que respiramos al entrar a un garaje

En el momento en que abrimos la puerta de un garaje, podemos estar expuestos a una serie de sustancias peligrosas que se encuentran en el aire. La noche, un compuesto químico que se forma a partir de la combustión de los vehículos, y el ozono, un gas que se produce cuando la luz solar interactúa con los contaminantes del aire, son solo algunas de las sustancias que podemos respirar inadvertidamente al entrar en un garaje. Estas sustancias pueden tener graves consecuencias para nuestra salud, desde problemas respiratorios hasta daños a largo plazo en nuestra salud en general. En este artículo, exploraremos más a fondo estas sustancias peligrosas y cómo podemos protegernos de sus efectos.

El peligro invisible en tus garajes: gases tóxicos y partículas finas que afectan la salud

La calidad del aire en los garajes subterráneos puede ser más peligrosa de lo que imaginamos. Los vehículos emiten gases como monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM), que permanecen en el aire y pueden acumularse en altos niveles de contaminación cuando la ventilación es insuficiente.

Gases peligrosos en garajes

En concreto, el monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro e inodoro que puede causar síntomas como dolores de cabeza, mareos y envenenamiento grave en concentraciones altas. Por su parte, los óxidos de nitrógeno incluyen el dióxido de nitrógeno (NO₂) y el óxido nítrico (NO), que están asociados con problemas respiratorios y cardiovasculares.

Las partículas finas (PM) también son un problema, ya que son pequeñas partículas suspendidas en el aire que pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar problemas respiratorios y cardiovasculares.

Estudios y regulaciones

La mayoría de los estudios que han investigado la calidad del aire en garajes subterráneos concluyen que los niveles de contaminantes son más altos que en espacios abiertos. Aunque existen regulaciones para estos contaminantes, muchos aparcamientos no cumplen con ellas debido a la falta de ventilación y la ausencia de controles regulares.

Un estudio publicado recientemente en American Journal of Engineering and Applied Sciences (2020) evaluó los niveles de CO en un garaje subterráneo, encontrando que las concentraciones alcanzaban niveles peligrosos durante las horas pico de uso.

Alerta sanitaria

Una investigación más reciente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, encontró una acumulación de niveles altos de óxidos de nitrógeno (NOx) en el garaje que podría afectar la salud de pacientes y empleados.

Los niveles más altos de NO₂ se registraron alrededor de las 11:00 AM, con un pico máximo de 0.165 ppm, superando los límites de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Consecuencias para la salud

La exposición al NO₂ se ha vinculado con una disminución de la función pulmonar, un hecho especialmente preocupante en hospitales, donde hay pacientes y trabajadores con problemas respiratorios.

La exposición continua a estos niveles de NO₂ podría empeorar su situación y hacer que los tratamientos pierdan efectividad.

Medidas para mitigar el riesgo

Para mitigar los riesgos de la exposición al NOx en el aparcamiento subterráneo del hospital, se recomienda que tanto pacientes como empleados adopten medidas concretas como usar el aparcamiento exterior, especialmente si en el vehículo viajan pacientes vulnerables.

Los empleados del hospital deben limitar el tiempo que pasan en el garaje y optar por áreas cerradas con aire fresco para esperar o descansar.

Control de acceso basado en emisiones

El estudio sugiere implementar sistemas de ventilación mejorados, especialmente durante las horas pico de tráfico. Aumentar la ventilación puede ayudar a reducir rápidamente las concentraciones de contaminantes en el aire del garaje.

Se recomienda restringir el acceso al aparcamiento subterráneo según los niveles de emisión de los vehículos. Utilizar sistemas de control de acceso basados en etiquetas ecológicas puede limitar la entrada de vehículos que emiten altas cantidades de contaminantes.

Establecer un sistema de control continuo de los niveles de NOx y publicar periódicamente los hallazgos puede asegurar que un hospital –o cualquier otra instalación pública– cumple con los estándares de salud y seguridad.

Conclusión