En la capital española, una situación de alarma ha sido denunciada en un centro de acogida para menores, donde se han detectado condiciones de vida inaceptables y peligrosas para los jóvenes que lo habitan. Según informes, los menores se encuentran hacinados en pequeños espacios, obligados a compartir literas en aulas que deberían ser utilizadas para la educación y el desarrollo personal. Además, se han detectado carencias graves en servicios básicos, como la falta de acceso a alimentos nutritivos, agua potable y atención médica adecuada. Esta situación es inadmisible y requiere una intervención inmediata y efectiva por parte de las autoridades competentes para garantizar el bienestar y la protección de estos menores.
Hacinamiento y carencias en centro de acogida madrileño: menores sin servicios básicos
El Centro de Primera Acogida Hortaleza, gestionado por la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), alberga a 130 menores, cuando su capacidad debía ser de 35. La situación de hacinamiento ha llevado a la instalación de aseos portátiles en el patio y literas en las aulas, lo que ha generado graves carencias en el centro.
Según la diputada regional del PSOE, Lorena Morales, la situación de hacinamiento es lamentable. El centro ha habilitado habitáculos con inodoros y duchas en el patio, lo que genera un olor insufrible en verano. Además, las literas se encuentran por todas partes, incluso en las aulas y el gimnasio, lo que impide la formación de los menores.
La situación es aún más crítica debido a la falta de servicios básicos. Los menores deben hacer cinco turnos de comidas y no hay ropa de cama limpia ni lencería suficiente. Esto ha llevado a la propagación de la sarna entre los menores, que se ven obligados a compartir habitaciones pequeñas.
La situación es tan grave que los sindicatos han denunciado al Gobierno regional ante la Fiscalía madrileña. Según ellos, la autorización otorgada por la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales para ampliar la capacidad del centro es ilegal, ya que se salta la normativa autonómica del centro sociosanitario.
Además, más del 70% de los trabajadores del centro está de baja debido a la situación insostenible. La ratio de educadores sociales es de uno para 50 menores, lo que hace inviable cualquier trabajo socioeducativo.
La asociación Somos Acogida, que nació en 2019 para apoyar a los menores del centro, ha denunciado la situación y ha creado un local para impartir clases y talleres semanales. Sin embargo, la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales ha negado la existencia de problemas de hacinamiento o brotes de sarna en el centro.
La situación es tan grave que la Fiscalía madrileña ha abierto un expediente contra el centro y podría ordenar su cierre. La situación de los menores es crítica y urge una solución inmediata para garantizar su bienestar y seguridad.
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