Ocho años de prisión para un hombre por agresiones sexuales a su sobrina en la provincia de A Coruña
En un sentido histórico, la justicia ha dictaminado una condena ejemplarizante para un hombre que cometió agresiones sexuales contra su propia sobrina en la provincia de A Coruña. La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado al agresor a ocho años de prisión, un castigo que busca reflejar la gravedad de los delitos cometidos. La víctima, una menor de edad en el momento de los hechos, sufrió abusos sexuales reiterados a manos de su propio tío, un hombre en quien debería haber depositado su confianza. La condena es un paso importante hacia la justicia y la reparación del daño causado a la víctima.
Ocho años de prisión para un hombre por agresiones sexuales a su sobrina en A Coruña
La Audiencia Provincial de A Coruña ha impuesto una pena de ocho años de prisión a un hombre por agredir sexualmente en dos ocasiones a su sobrina menor de edad, que sufría síncopes paralizantes de los que se aprovechaba su agresor para someterla a tocamientos y otro tipo de abusos.
Según la sentencia facilitada por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la audiencia coruñesa considera probado que el varón cometió dos delitos de agresión sexual a menor de 16 años, por los que, además de la pena de prisión, lo condena a una orden de alejamiento de la víctima por un período de cinco años.
Los hechos tuvieron lugar a comienzos de 2022, cuando la menor se mudó a casa de su tía, pareja del agresor, debido a la situación que atravesaba con sus padres. El condenado se aprovechó de la condición de su sobrina política, que sufría síncopes que la paralizaban de movimientos, aunque podía continuar percibiendo lo que pasaba a su alrededor.
En dos ocasiones, se valió de estos momentos para someterla a tocamientos y otro tipo de actos contra su integridad, que la menor relató a su madre en el mes de marzo, cuando se interpuso la denuncia contra el procesado.
La sentencia contra el que cabe recurso de apelación, destaca la gravedad de los hechos y la vulnerabilidad de la víctima, que fue aprovechada por el agresor para cometer los delitos.
Esta condena es un ejemplo de cómo la justicia se impone en casos de agresiones sexuales, protegiendo a las víctimas y castigando a los culpables.
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