¿Por qué los trenes de alta velocidad 'verdes' no han despegado en la Unión Europea, pese a ser la alternativa más ecológica para el transporte?

¿Por qué los trenes de alta velocidad 'verdes' no han despegado en la Unión Europea, pese a ser la alternativa más ecológica para el transporte?

En una época en la que la conciencia ambiental y el desarrollo sostenible son temas de gran importancia, resulta paradójico que los trenes de alta velocidad verdes, considerados la alternativa más ecológica para el transporte, no hayan logrado despegar en la Unión Europea. A pesar de ser una opción más respetuosa con el medio ambiente, los obstáculos y las limitaciones han frenado el avance de esta forma de transporte. En este artículo, exploraremos las razones detrás de este estancamiento y analizaremos las posibles soluciones para impulsar el desarrollo de los trenes de alta velocidad verdes en Europa.

¿Por qué los trenes de alta velocidad 'verdes' no tienen el atractivo que merecen en la Unión Europea?

La Unión Europea busca impulsar el transporte ferroviario 'verde' para reducir emisiones y alcanzar objetivos ambientales, pero existen obstáculos que impiden que los trenes de alta velocidad sean la alternativa más ecológica para el transporte en la UE.

La UE busca impulsar el transporte ferroviario 'verde' para reducir emisiones y alcanzar objetivos ambientales

Según el Informe Ambiental Ferroviario de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA), es necesario avanzar en integración multimodal, reducir el ruido y aumentar la electrificación para cumplir con los requisitos medioambientales para 2050. La UE tiene como objetivos duplicar el tráfico de mercancías por tren y triplicar el de pasajeros para ese año, así como reducir el uso de energía pero potenciar la verde, o explotar de manera más eficiente e inteligente una red de transporte integrada y multimodal.

¿Qué obstáculos impiden que los trenes de alta velocidad sean la alternativa más ecológica para el transporte en la UE?

Entre los obstáculos se encuentran la infraestructura extremadamente cara, la fragmentación de la red en los distintos sistemas nacionales, y la falta de internalización de los costos externos. Además, el 75% del tránsito interior de mercancías va por carretera, lo que hace que el transporte ferroviario no sea tan atractivo.

El problema del ruido es otro de los obstáculos, ya que aunque el transporte por tren es en general más ecológico que otros medios de transporte, también genera impactos medioambientales y el efecto más importante es el ruido al que están expuestos 22 millones de europeos.

La electrificación de la red ferroviaria es fundamental para reducir las emisiones de CO2, pero existen grandes diferencias nacionales en electrificación. Desde 2018 y hasta 2021, se electrificaron 2.000 kilómetros de la red ferroviaria europea, pero existen casos donde electrificar algunas líneas no es económicamente viable.

Tecnologías alternativas, como los ferrocarriles impulsados por celdas de hidrógeno o los de baterías, pueden ser la solución para reemplazar a trenes diésel para rutas no electrificadas de más de 100 kilómetros y para rutas de entrega de último kilómetro.

Según la organización ecologista Greenpeace, Europa ha extendido la alfombra roja a los viajes aéreos perjudiciales para el clima, colmándolos de exenciones fiscales, mientras que los trenes y la infraestructura ferroviaria se han marchitado. Es hora de que los gobiernos europeos y la UE corrijan este desequilibrio histórico.