¿Puede la pintura de piedras ser objeto de regulación en España?
En los últimos años, la costumbre de pintar piedras y dejarlas en lugares turísticos y naturales ha generado un gran debate en España. Mientras que algunos la ven como una forma de expresión artística y una manera de dejar un mensaje o un recuerdo en un lugar emblemático, otros la consideran una forma de vandalismo y un daño al patrimonio natural. La proliferación de estas piedras pintadas ha llevado a cuestionarse si es necesario establecer regulaciones para controlar esta práctica. ¿Debería la pintura de piedras ser considerada como una forma de intervención en el medio ambiente o como una expresión de arte?
¿Puede la pintura de piedras ser objeto de regulación en España?
La eurodiputada Irene Montero publicó una foto en su cuenta de Instagram que ha generado una gran polémica. La imagen muestra unas piedras redondeadas de pequeño tamaño pintadas con diferentes colores, aparentemente una actividad inocente. Sin embargo, el Ayuntamiento de La Oliva, en Fuerteventura, denunció que las piedras pertenecían a sus playas y que pintarlas suponía el uso inapropiado de elementos naturales protegidos y que esta acción va en contra de la Ley del Patrimonio Natural.
La ley es clara: no se puede pintar ni coger piedras sin permiso
La Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad es de obligado cumplimiento en toda España y prohíbe taxativamente coger piedras de entornos naturales, cambiarlas de sitio, pintarlas o modificarlas si no se tiene un permiso especial. Esta ley garantiza la conservación y preservación de la variedad, singularidad y belleza de los ecosistemas naturales, de la diversidad geológica y del paisaje.
La ley protege expresamente depósitos y formas de modelado costeros y litorales, es decir, piedras y arenas de la costa, junto con depósitos y formas de modelado singulares de origen fluvial, como por ejemplo los cantos rodados de los ríos. Por lo tanto, coger piedras o cambiarlas de sitio está prohibido, y pintarlas también lo está.
El valor de las piedras va más allá de lo estético
Aunque las piedras pueden parecer objetos inanimados, forman parte de un paisaje y sostienen micro ecosistemas, dando cobijo a infinidad de seres animados, de vida muchas veces tan delicada como amenazada. Coger piedras, cambiarlas de sitio, amontonarlas o lanzarlas lejos modifica diminutos hábitats por puro capricho.
En el caso de Fuerteventura, el turismo masivo está devorando el paisaje y los turistas se llevan como recuerdo en sus maletas más de 600 kilos al mes de piedras, rodolitos, lavas volcánicas, fósiles e incluso arena de las playas. Esto provoca graves daños al paisaje y al medio ambiente.
Por lo tanto, es importante recordar que no se puede coger piedras ni siquiera para pintarlas, ya sean de Fuerteventura o de cualquier otro lugar. Debemos dar ejemplo a nuestros hijos y respetar la naturaleza y la ley.
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