Reflexiones sobre 'En ese infinito, nuestro final', la última obra maestra de Gemma Files

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Reflexiones sobre 'En ese infinito, nuestro final', la última obra maestra de Gemma Files

La literatura de terror y fantasía ha recibido un nuevo aporte con la publicación de 'En ese infinito, nuestro final', la última obra maestra de la reconocida autora canadiense Gemma Files. Esta novela ha generado un gran revuelo en el mundo literario, ya que explora temas como la mortalidad, la identidad y la condición humana, sumergiendo al lector en un mundo de terror psicológico y fantasía oscura. A través de este artículo, reflexionaremos sobre la obra de Files y analizaremos por qué 'En ese infinito, nuestro final' se ha convertido en un clásico moderno del terror, capaz de dejar sin aliento a los amantes de la literatura de género.

La última obra maestra de Gemma Files: un libro que mezcla miedo, folklore y terror digital

Qué maravilloso es el miedo, qué anodina la vida sin terror, sin folklore, sin ciudad. En esta recopilación de relatos de Gemma Files, que recibió el Premio Bram Stoker a mejor antología de 2021, los nutrientes son tan abundantes que uno se queda saciado, pero, como en todos los tóxicos y aficiones, el cuerpo acaba pidiendo algo más.

Imagina una escritora en Toronto, atrapada entre el norte, el frío y las tradiciones paganas. Imagina esa misma autora modificando ese mismo terror para hacer que llegue hasta las redes sociales y lo más profundo del terror digital de este siglo. Imagina que, también, esa escritora sea capaz de utilizar el mundo onírico como vehículo para la acción, usando la brumosidad que se desprende de ellos como detonante de finales interpretativos, exóticos, finales que te dejan sumergido en un profundo estado de inquietud.

Un libro donde se mezclan las referencias audiovisuales

Un libro donde se mezclan las referencias audiovisuales

Un libro donde se mezclan las referencias audiovisuales, desde John Carpenter hasta la maravillosa (e inconclusa) Archivo 81, los lugares antiguos, cuajados de paranoia y frío, rodeados de tierra putrefacta, alimento de las mutaciones entomológicas, híbridos de humano e insecto. Una tierra que, bajo el alquitrán y la luz de neón, tiembla, muerta-viva, asustada, desplazándose en busca del humus de la desesperación. Se alimenta hasta quedar saciada.

La vida, más bien la maternidad y la relación filial, aparece como crisálida en las historias, una lucha ancestral entre el mamífero y el ovíparo insectoide. Una autora que despliega una literatura lenta, heladora y poética, en una primera persona mutante, esquizoide, como si las palabras de su obra se hubieran quedado congeladas en los sucesos de la tarde.

Un libro sin amaneceres, sin luz solar

Es este un libro sin amaneceres, sin luz solar, es un libro, En ese infinito, nuestro final de Gemma Files, compuesto de atardeceres cansados, últimos gritos del sol afónico y noches profundas, como el sueño del narcótico.

Parece que todo convive bajo una sangría hipnótica, como en los tebeos de Wildstorm, un lugar de sangre y balbuceo, entre dimensiones, donde la tecnología mal ajustada es capaz de entrar y salir por accidente, detectar malas distribuciones numéricas, secuencias de la programación general del universo que se han escapado a la compilación divina, como código basura detectado.

La apertura con Así son las cosas

La apertura con Así son las cosas hará las delicias del amante del terror costumbrista, distópico, entre Stephen King y Clive Barker, pre, post, futuro de una distopía entomológica (de ahí ese sustrato neblinoso/carpenteriano). En Bombilla es momento de una primera aproximación a la geometría no euclídea de H.P. Lovecraft asomando desde un piso en el centro de Toronto.

El uso del formato podcast, el acercamiento a lo más profundo de las páginas de internet, donde se desarrollan algunas de las tribus más dementes de estas décadas, foros dentro de foros, leyendas urbanas que se expanden como parte de un petróleo colectivo. Página 404 no encontrada. Engancha con El motel de las marionetas, como una especie de absentismo inmobiliario bajo el que se encuentran esos lugares intermedios de soledad e infierno, como una de esas arañas que, enterradas bajo la arena, esperan la llegada de sus víctimas.

La idea de los edificios con hambre

La idea de los edificios con hambre, con una sucesión de nombres, habitantes de una noche, fondo de armario. Atrapado por Fotograma recostado. Encontramos en la autora los mismos juegos que hicieron grandes obras como El fin del mundo en 35mm, considerada una obra menor, pero que resulta igual de hipnótica que otras historias sobre películas perdidas o recuerdos implantados de programas en los tiempos en los que no todo quedaba registrado, en el que el momento lo era todo.

La satisfacción, el pánico tácito, que en tiempos de plataformas y de miles de horas registradas y organizadas, todavía existen películas, metrajes, videocasetes ocultos e inencontrables. Pienso en aquel capítulo, en aquella temporada de Channel Zero, con el creepypasta de Candle Cove o las películas de fantaterror, en España, con Amando de Ossorio, León Klimovsky o Paul Naschy.

Una nueva mitología

Siempre en los recovecos, en el reciclaje de escenas, en el corta y pega de los fotogramas. Metraje reutilizado, casi parece una propuesta alternativa, una nueva manera de escribir, llevarlo a la literatura. Una nueva mitología, Les torques, Nicholas Ryback, Tamar Dusk. con escenas reales de una secta demoníaca en Hollywood (ojo con el final del nuevo hype del terror, El último late night). Más adelante aparece otro cuento, Sesiones de puerta cerrada, que funciona como un guion de metraje encontrado, mezclado con una actualización del contactismo ochentero.

Higiene del sueño

En Higiene del sueño estamos en los misterios del sueño, un tema que aparece a lo largo de otros cuentos del libro, lo profundo, el sueño o las pesadillas como la simulación orgánica definitiva. Esa idea que corre por internet: 'Nunca digas en un sueño: Estoy soñando, es peligroso'. Vuelvo a un libro magnífico, un libro de Motel Margot: Donantes de Sueño de Karen Russell. Sueños lúcidos, el Sandman de Neil Gaiman y un universo único que nos une mientras dormimos.

Siempre después de la tres

Si hablamos de sueño y ediciones llegaremos a Siempre después de la tres. Edificios con hambre, manos frías, delgadas concepciones, embarazos con extraños en nuestro interior. Y los niños robados, los niños cambiados, el hierro, como en el último relato del libro, Cuco, que remite al folklore paranoico, de Mike Mignola y hadas pútridas, de fantasmas y ecos, de terror por metal noble, como nobleza humana, como último resquicio ante la abusiva naturaleza oculta entre los pliegues de la tierra.

Mi relato favorito es Mira arriba, con esa extraña mezcla de barro, Letonia, Mothman y Jeeper Creepers, paganismo, vampirismo desmembrado, sangre real, sangre noble, sangre nutricia. ADN. Un final espectacular, irónico, devastador.

Susana Vidal

Soy Susana, redactora de la página web Diario Online, un periódico independiente de actualidad nacional española. Mi pasión por la escritura y la veracidad de la información me lleva a investigar a fondo cada noticia que publicamos. Con un enfoque objetivo y crítico, me esfuerzo por ofrecer a nuestros lectores contenidos relevantes y de calidad. Mi compromiso es mantener informada a la sociedad española, abordando temas de interés público con profesionalismo y ética periodística. ¡Gracias por seguirnos en nuestra plataforma digital!

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