Rehabilitar la imagen de los Mossos, restablecer la unidad en el cuerpo. desafíos para la nueva consejera de Interior tras el escape de Puigdemont

Rehabilitar la imagen de los Mossos, restablecer la unidad en el cuerpo. desafíos para la nueva consejera de Interior tras el escape de Puigdemont

La nueva consejera de Interior se enfrenta a un desafío mayúsculo: restablecer la unidad y credibilidad en el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, después de la polémica generada por el escape de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat. La imagen de la institución se ha visto perjudicada por la falta de coordinación y la desconfianza entre sus miembros, lo que ha generado cuestionamientos sobre su capacidad para llevar a cabo su función. La nueva consejera debe abordar estas cuestiones de manera efectiva para rehabilitar la imagen de los Mossos y recuperar la confianza de la sociedad catalana.

Nueva consellera de Interior para restablecer la unidad en el cuerpo policial

La Generalitat ya cuenta con una nueva consellera de Interior, la socialista Núria Parlon, quien recibió el lunes un grueso dosier de su antecesor, Joan Ignasi Elena, que recoge la complicada situación que atraviesa la conselleria, que abarca, entre otras cosas, a los Mossos d'Esquadra.

Uno de los primeros desafíos de Parlon será restablecer la imagen del cuerpo policial, muy dañada tras los fallos en el dispositivo para arrestar al líder del 'procés', Carles Puigdemont, la semana pasada. Sin embargo, el trabajo no terminará ahí, ya que la nueva consellera también tendrá que reunificar al cuerpo policial, dividido tras el incidente.

Desafíos para Núria Parlon, nueva consellera de Interior, después del escape de Puigdemont

La fuga del expresidente Carles Puigdemont el jueves pasado bajo la atenta mirada del cuerpo policial, que no pudo impedir que desapareciese minutos después de dar un discurso en el centro de Barcelona, ha generado una crisis interna en la policía catalana.

La nueva consellera tendrá que enfrentar las críticas internas y externas hacia el cuerpo policial, que han sido acusados de no haber detenido a Puigdemont debido a una falta de coordinación y planificación en el dispositivo de seguridad. Además, Parlon deberá tratar de reunificar al cuerpo, ya que desde el incidente, miembros de la policía han sido críticos con el resultado y han pedido responsabilidades.

La nueva consellera de Interior, Núria Parlon, hereda la crisis en el cuerpo policial

El dispositivo de los Mossos d'Esquadra el 8 de agosto constaba de tres partes: garantizar el orden alrededor del parque de la Ciutadella, permitir la continuidad constitucional sin coacciones para que se celebrase con normalidad el pleno de investidura de Salvador Illa en el Parlament y detener a Puigdemont, que había anunciado previamente su vuelta tras más de siete años evadiendo la justicia y con una orden de detención activa.

Sin embargo, el comportamiento tan impropio de quien ha sido la primera autoridad de este país complicó el arresto, según los Mossos, que aseguraron que el operativo estaba preparado. La intervención pública de Elena en la rueda de prensa posterior a los hechos no mejoró la situación del cuerpo.

Un nuevo reto para el cuerpo policial: restablecer la confianza y la unidad después del incidente de Puigdemont

La crisis interna en la policía catalana es evidente. Sindicatos de los Mossos como SAP-FEPOL y SMEFEPOL lamentaron este lunes que el departamento no hiciese autocrítica y criticaron que ningún dirigente asumiese responsabilidades. Además, señalaron que la Operación Jaula que se activó tras la fuga del líder de Junts fue injustificable y se hizo a razón de intentar dar una justificación al fallo en su detención.

Por su parte, el magistrado del Tribunal Supremo encargado de juzgar el caso del procés, Pablo Llarena, ha enviado dos providencias a los Mossos y el Ministerio Interior en las que les solicita que detallen tanto el operativo ideado para detener al líder de Junts como las causas de su fracaso.

La situación ha provocado un agotamiento mental entre la plantilla que será difícil de solucionar en décadas, según CCOO. Asimismo, han avisado que la desmotivación de la policía catalana llega en un momento en el que el cuerpo ya no puede más.

La vuelta del que fuera comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, como director general, será clave para intentar restablecer la reputación del cuerpo. Trapero fue comisario jefe de los Mossos en dos etapas, la primera en 2017 y la segunda entre 2020 y 2021. Durante la primera tuvo que afrontar la gestión policial por los atentados de Barcelona y Cambrils y el referéndum del 1 de octubre, por el que fue cesado tras la aplicación del Artículo 155 de la Constitución.