- La obra de teatro Sexpiertos aborda la sexualidad y la discapacidad con humor y empatía
- Un acercamiento a la discapacidad
- Un juego metateatral
- La sexualidad y la discapacidad
- Una conversación sincera
- La directora y el origen de la obra
- Un lenguaje desinhibido
- Una historia hermosa
- Un fin conmovedor
- Una llamada a la empatía
La obra de teatro Sexpiertos aborda la sexualidad y la discapacidad con humor y empatía
En el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, se estrena la obra de teatro Sexpiertos, una producción de Tanttaka Teatroa que aborda de manera amena y desenfadada la sexualidad y la discapacidad. La obra, protagonizada por Telmo Irureta y Aitziber Garmendia, nos lleva a reflexionar sobre las limitaciones físicas o psíquicas que condicionan nuestras relaciones íntimas, extendiéndose a cada uno de nosotros.
Un acercamiento a la discapacidad
La obra permite aproximarse al día a día de las personas con parálisis cerebral, como Telmo Irureta, quien utiliza silla de ruedas desde siempre. Sin embargo, no se queda en ese aspecto accesorio, ya que el texto aborda de manera amena los problemas que plantean las relaciones sexuales para las personas con algún tipo de discapacidad.
Un juego metateatral
En la obra, Telmo Irureta y Aitziber Garmendia protagonizan un juego metateatral en el que se escenifica un encuentro accidental en un ascensor averiado. Nico y Ana, encerrados en un espacio mínimo, se sinceran sobre sus circunstancias particulares que, al fin y al cabo, les unen más que les alejan.
La sexualidad y la discapacidad
La obra habla de sexo. y de amor, aunque, como dice Nico en algún momento, el amor también es sexo. Se habla de las limitaciones físicas o psíquicas que condicionan nuestras relaciones íntimas, sin restringirse a los que padecen alguna discapacidad, sino extendiéndose a cada uno de nosotros.
Una conversación sincera
Telmo Irureta, coautor del texto de Sexpiertos, nos comenta que el que es discapacitado sabe que lo es, pero alguien sin discapacidad no sabe exactamente por qué le cuesta hacer algo. Yo no tengo que decir nada porque se ve, no lo puedo ocultar, pero ellos tienen sus movidas y no saben cómo explicarlas.
La directora y el origen de la obra
La directora, Mireia Gabilondo, nos comenta que la obra surge de una pieza corta en el Teatro Arriaga de Bilbao, en la que Telmo Irureta hacía un striptease emocional y contaba cómo era su día a día. Queríamos hablar de sexo y discapacidad. Hay muchas discapacidades que tenemos todos los seres humanos, entre comillas, normales.
Un lenguaje desinhibido
Telmo Irureta es conocido por su sentido del humor e inteligencia. Conversar con él es divertido y revelador, y conviene no censurar el lenguaje desinhibido que emplea. Hay muchas confusiones habituales con que se topa en el terreno sexual, como confundir la parálisis que yo sufro con la falta de sensibilidad en todo mi cuerpo.
Una historia hermosa
En la obra, Aitziber Garmendia es Ana, otra cara de una misma moneda con pálido brillo. Atrapada en el ascensor se sincera sobre su situación. Mi personaje tiene sus miedos en cuanto a las relaciones afectivas y emocionales, además de dudas sobre la maternidad.
Un fin conmovedor
La conversación con los tres fluye con naturalidad y se percibe la conexión que les une. Todos ellos son vascos, y les llamo la atención sobre la pujanza del teatro que allí se produce, cada vez más presente en Madrid, por fortuna. En esta ocasión se trata de una producción de Tanttaka Teatroa, galardonada con el Premio Max a la mejor producción 2023.
Una llamada a la empatía
La obra Sexpiertos nos invita a reflexionar sobre nuestras inseguridades y a despertar nuestra capacidad de empatía. Como afirma Telmo antes de despedirnos, yo no soy lo que quiero ser. Soy lo que me ha tocado y cada día intento ser mejor, pero no llego a lo que quiero”.
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