En la era de la conciencia ambiental, es fundamental adoptar prácticas sostenibles en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Una de las formas más efectivas de reducir nuestro impacto en el medio ambiente es mediante el uso de tarjetas ecológicas, una innovadora alternativa a las tradicionales tarjetas de crédito y débito. Estas tarjetas sostenibles están diseñadas para minimizar el uso de materiales plásticos y reducir la huella de carbono en su producción y ciclo de vida. En este artículo, exploraremos en profundidad qué son las tarjetas ecológicas, cómo funcionan y, lo más importante, cómo pueden ayudarnos a proteger el planeta para las generaciones futuras.
Tarjetas ecológicas: el nuevo paso hacia un futuro sostenible
Cada vez existe mayor conciencia en todos los sectores de actividad de la importancia de avanzar hacia un planeta más sostenible, tratando de preservar el medioambiente y reducir la huella de carbono. Las entidades financieras no son ajenas a ello y trabajan para adaptar sus productos para operar de forma más respetuosa con el planeta.
Es por ello por lo que han surgido las tarjetas ecológicas, que son unas tarjetas que están fabricadas a partir de materiales que proceden de plásticos con origen reciclado. De esta forma, algunas entidades bancarias han comenzado a implementarlas en sus nuevas tarjetas de crédito o débito, haciéndolas llegar a algunos de sus clientes que soliciten o renueven una nueva.
Este es el caso del BBVA, que ha creado unas tarjetas ecológicas para clientes jóvenes de 30 años que están fabricadas con un 86% de PVC reutilizado. El policloruro de vinilo (PVC) utilizado para su fabricación procede de distintas actividades industriales, siendo la intención de la entidad bancaria que en poco tiempo el material provenga en su totalidad del material reciclado, incluyendo el chip que contienen.
No obstante, esta no es la única entidad que trabaja en este sentido, ya que otras como Mastercard ya han lanzado tarjetas 100% biodegradables fabricadas con poliácido láctico, a base de almidón de maíz.
Con más de 84 millones de tarjetas de crédito y débito en circulación por todo el país, según datos del Banco de España, el impacto que puede tener una apuesta por las tarjetas ecológicas puede ser más que notable en el entorno, reduciendo los cientos de toneladas de plástico que hasta el momento se utilizan para que los consumidores puedan disponer de estos métodos de pagos físicos.
¿Cómo ayudan las tarjetas ecológicas a la preservación del planeta?
Fabricar tarjetas ecológicas, con el uso de componentes reciclados, ayudan a proteger el planeta, puesto que son mucho menos dañinos para la naturaleza al no consumir nuevos recursos. En su lugar, se usan aquellos elementos que ya fueron utilizados con anterioridad, lo que contribuye a reducir el impacto que los plásticos pueden tener en el medioambiente.
En la actualidad, los esfuerzos también están dirigidos a tratar de implementar mejoras en el propio proceso de confección de las tarjetas ecológicas, ya que, por ejemplo, es una prioridad tratar de encontrar un modo de poder retrasar el tiempo en el que las bandas magnéticas pierden sus propiedades. Modificando los distintos procesos que son parte de la fabricación de estas tarjetas, se espera poder reducir a la mitad el actual nivel de emisiones de CO₂ derivado de su fabricación.
De esta forma, nos encontramos con un gran avance dentro del sector bancario, que no es ajeno a las necesidades del planeta ni a las preferencias de los consumidores, que cada vez demandan más productos eco-friendly con los que poder disfrutar de los mismos sin suponer un daño para el medioambiente.
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