La tensión se ha apoderado del Poder Ejecutivo tras las acusaciones de connivencia en la fuga del expresidente catalán Carles Puigdemont. Según fuentes cercanas al caso, se habría llegado a un acuerdo con los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, para facilitar la huida del líder independentista. Sin embargo, dicho acuerdo se ha revelado fallido, lo que ha generado un silencio oficial que ha generado más interrogantes que respuestas. La opinión pública se pregunta cómo es posible que se haya permitido la fuga de un personaje clave en el proceso independentista catalán, y por qué no se ha ofrecido ninguna explicación oficial al respecto.
Tensión en el Poder Ejecutivo: silencio oficial ante acusaciones de connivencia en la fuga de Puigdemont
El líder de Junts, Carles Puigdemont, ha desaparecido después de dar un discurso en el centro de Barcelona, lo que ha generado críticas e indignación en los partidos políticos y sindicatos policiales. Nadie sabe dónde está Puigdemont, cuya detención se esperaba este jueves a su regreso a España después de siete años huido de la Justicia.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Moncloa se han negado a pronunciarse al respecto, lo que ha generado sospechas y críticas por un eventual pacto previo entre algunos mossos y Puigdemont para permitirle dar el discurso antes de entregarse.
Puigdemont desaparece después de dar discurso en Barcelona: sospechas de acuerdo secreto con los Mossos
Puigdemont apareció en el Passeig de Lluís Companys de Barcelona, concretamente en el Arc de Triomf, donde una gran masa de simpatizantes le esperaban para escuchar un discurso que duró 26 segundos. Sin embargo, no hubo ningún movimiento policial para proceder a su detención.
Tras el discurso, Puigdemont se bajó del escenario y, desde aquel momento, no se sabe del paradero del líder posconvergente, salvo que atravesó una calle cercana al lugar donde pronunció el discurso, donde fue visto por un periodista.
Según algunas fuentes, como Catalunya Ràdio, había un acuerdo previo entre los Mossos y la comitiva de Junts, por el que la policía permitiría el discurso de Puigdemont si se entregaba al terminarlo. Pero el expresidente habría roto el acuerdo para evitar la detención.
Tras la huida de Puigdemont, los Mossos activaron la llamada operación Jaula, con controles en varias vías de salida de Barcelona. Se pusieron en marcha los operativos de la región de Barcelona y del sur del área metropolitana, que podría ampliarse también a la frontera con Francia.
Indignación en los sindicatos policiales
El sindicato de Policía Nacional Jupol ha reprochado al Ministerio del Interior que cometa los mismos errores que en la gestión del referéndum ilegal de 2017 al confiar a los Mossos la detención de Puigdemont. A su juicio, el expresidente catalán ha accedido entre la multitud gracias a la policía autonómica, que ejerce como escolta de los cargos de Junts.
No solo no le han detenido, sino que le han abierto pasillo y le han protegido, señala Jupol en un mensaje en la red social X.
Desde el sindicato Jusapol, que engloba a la Guardia Civil, también han cuestionado la actuación de los Mossos, a quienes les han reprochado ser la policía mejor pagada en el Estado, pero incapaces de hacer su trabajo.
Marlaska les sigue agasajando con millones de euros y discrimina a los Policía y Guardia Civil, han zanjado.
También ha criticado los resultados del dispositivo el sindicato mayoritario de Mossos, Sap-Fepol, que aunque se muestran aún prudentes en sus conclusiones, lamentan que parezca que el cuerpo está haciendo el ridículo y piden asumir la responsabilidad y dar explicaciones a quienes dirigen la seguridad en Catalunya.
La Conselleria de Interior de la Generalitat ya ha avanzado que abrirá una investigación para aclarar lo ocurrido y fuentes de este departamento señalan que seguramente habrá más detenciones de colaboradores en relación a la huida del expresidente Puigdemont.
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