Terror en Rusia: multas y sanciones a aquellos que muestran apoyo a Ucrania o escuchan música considerada 'subversiva' en el país de Putin

Terror en Rusia: multas y sanciones a aquellos que muestran apoyo a Ucrania o escuchan música considerada 'subversiva' en el país de Putin

En un escalada de represión política, el régimen de Vladimir Putin ha lanzado una serie de medidas drásticas contra aquellos que muestran apoyo a Ucrania o escuchan música considerada 'subversiva' en el país. Según informes, las autoridades rusas han comenzado a imponer multas y sanciones a ciudadanos que expresan su solidaridad con el pueblo ucraniano o que disfrutan de canciones y artistas que se consideran 'peligrosos' para la estabilidad del régimen. Esta situación alarmante ha generado una ola de críticas en la comunidad internacional, que condena la represión de la libertad de expresión en Rusia.

Rusia: represión creciente contra disidentes y opositores a la guerra en Ucrania

Desde que Rusia decidiera invadir Ucrania en febrero de 2022, el régimen de Vladimir Putin ha incrementado la represión para luchar contra toda disidencia. El presidente ruso ha introducido varias leyes para reprimir la disidencia, afectando a derechos básicos, incluida la libertad de expresión.

Una de las leyes más controvertidas tipifica como delito la difusión de información deliberadamente falsa sobre el ejército ruso, con penas de hasta 15 años de cárcel para los condenados. La Duma estableció una escala de castigos para cualquier persona que haya desacreditado a las fuerzas armadas, con penas más severas para aquellos que difundieran intencionalmente información falsa o llamaran a acciones públicas no autorizadas.

Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la ley era urgente debido a la guerra de información absolutamente sin precedentes que se libra contra nuestro país. Sin embargo, la ley se ha utilizado contra quienes denuncian los crímenes bien documentados cometidos por Rusia contra Ucrania.

Entre los casos más destacados se encuentran el de Ilya Yashin, exjefe de un consejo de distrito de Moscú, condenado a ocho años y medio de cárcel por una transmisión en vivo en YouTube en la que instó a una investigación sobre el asesinato de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha. También se encuentra el caso del activista opositor Vladimir Kara-Murza, condenado a 25 años de cárcel por traición y por difundir información falsa sobre el ejército ruso.

Otra ley castiga a quienes desacrediten al ejército ruso mediante su apoyo a Ucrania o sus críticas a la guerra. Entre las acciones que pueden causar problemas a los críticos se encuentran vestir ropa azul y amarilla (los colores de la bandera de Ucrania), escuchar música ucraniana, escribir lemas contra la guerra en pasteles o exhibir carteles contra la guerra.

Rusia también ha tomado medidas enérgicas contra quienes critican las políticas gubernamentales y son sospechosos de estar bajo influencia extranjera, lo que podría significar algo tan simple como recibir dinero de un pariente en otro país. Estos agentes extranjeros están siendo borrados de la sociedad rusa, y sus libros han desaparecido de las tiendas y bibliotecas.

Varias organizaciones internacionales también han sido prohibidas en Rusia por ser indeseables. Entre ellas se encuentran Greenpeace, varios medios de comunicación rusos y el think tank londinense Chatham House.

Natalia Prilutskaya, de Amnistía Internacional, afirma que el Kremlin utiliza las leyes para legitimar la represión aprovechando al máximo la vaguedad de la redacción presente en algunas leyes rusas. Esta vaguedad permite a las estructuras encargadas de hacer cumplir la ley calificar básicamente cualquier actividad como actividad prohibida, o al menos lo hace más fácil, afirmó.