Tienes que tomar en serio la carta certificada de la DGT: multas de hasta 1.500 euros para los que la descuidan
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido un sistema de notificación para informar a los conductores sobre infracciones cometidas en las vías públicas. Sin embargo, es común que muchos conductores descuiden la carta certificada que les llega a su domicilio, lo que puede conllevar multas de hasta 1.500 euros. Es importante destacar que la carta certificada es un documento oficial que requiere una respuesta inmediata por parte del destinatario. En este sentido, es fundamental que los conductores tomen conciencia de la importancia de atender a esta notificación para evitar consecuencias desagradables. En este artículo, exploraremos las consecuencias de no atender a esta carta y cómo pueden afectar a los conductores.
No ignores la carta certificada de la DGT, puede costarte hasta 1.500 euros
La Dirección General de Tráfico (DGT) envía cartas certificadas a los conductores que han cometido infracciones de tránsito, pero muchos recomiendan no abrir la puerta al cartero para evitar recibir la multa. Sin embargo, negarse a recibir la carta no evitará la sanción, y en algunos casos, puede tener consecuencias más graves para el conductor.
Si la DGT no logra entregar la carta certificada, buscará recaudar el dinero por otros medios, como quitándolo directamente de la cuenta del multado o incluso cobrando con recargo. Además, si un procedimiento sancionador no ha terminado con el pago de la multa, se puede acabar cobrando al hacer la declaración de la Renta, ya que Hacienda puede retener el pago aunque la declaración salga a devolver, lo que también puede hacer que se eleve el importe a pagar.
La carta certificada de la DGT no es solo una multa común de tráfico, sino que puede tratarse de otro tipo de notificación más relevante y con repercusiones más graves si se ignoran, como una comunicación judicial destinada a identificar los participantes en una infracción. En caso de que no se abra la carta, la publicación de esta información en, por ejemplo, el Boletín Oficial del Estado (BOE) o el servicio Testra, se considerará como una notificación y el procedimiento seguirá adelante pese a que el conductor no sea consciente de ello.
Si la DGT busca a un conductor por una infracción y no es capaz de identificarlo, puede cobrar hasta 1.500 euros al propietario del coche, ya que el importe de cualquier multa puede multiplicarse, hasta diferentes niveles según su gravedad, por negarse a recibir la carta certificada.
En caso de ser una multa leve, la persona que ha cometido la infracción deberá pagar el doble, por lo que la cantidad ascenderá desde los 100 euros hasta los 200. Si se trata de una multa grave, la sanción se triplicará, desde los 200 habituales hasta los 600 euros. En el peor de los casos, las multas muy graves pueden llegar a triplicarse, alcanzando los 1.800 euros, si por intentar evitar pagar a la DGT no abriendo la puerta al cartero se imposibilita localizar o identificar al conductor en una infracción.
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