En un impactante testimonio, la madre cuidadora Patricia Giménez denuncia la inacción de la Administración en cuanto a la atención y apoyo a las familias que cuidan a personas con discapacidad. Según Giménez, la burocracia y la falta de recursos están desgastando la energía de los cuidadores, que deben luchar diariamente para obtener los servicios y apoyos necesarios para sus seres queridos. La madre cuidadora, que atiende a sus hijos las 24 horas del día, asegura que la Administración se centra más en robar energía a los cuidadores que en brindarles el apoyo y la ayuda que necesitan. Esta situación ha llevado a Giménez a denunciar públicamente la situación y a exigir cambios en la forma en que se atienden a las familias que cuidan a personas con discapacidad.
- La lucha diaria: Madre cuidadora denuncia que la Administración les roba energía más que atender a sus hijos
- Patricia Giménez: 'No hay un estado del bienestar para mi hijo ni para mí, tengo que luchar sin parar'
- Cuidadoras no profesionales: 'Queremos reconocimiento y apoyo institucional, no solo migajas'
- La invisibilidad de las cuidadoras: 'Somos insustituibles, queremos que se nos escuche'
La lucha diaria: Madre cuidadora denuncia que la Administración les roba energía más que atender a sus hijos
Patricia Giménez Fos, de 51 años, madre de un hijo de 13 años con autismo severo, es una de las muchas cuidadoras no profesionales que luchan por ser reconocidas y apoyadas institucionalmente. Forma parte de la Plataforma Estatal de Cuidadoras No Profesionales, que surge en el contexto del debate sobre la nueva Ley de Dependencia que prepara el Gobierno.
Patricia Giménez: 'No hay un estado del bienestar para mi hijo ni para mí, tengo que luchar sin parar'
Patricia denuncia que la Administración les roba energía a las cuidadoras más que atender a sus hijos. Se vulneran nuestros derechos sistemáticamente en educación, salud, derechos sociales, laborales y vivienda. Tienes que luchar sin parar para, primero, saber qué hay y, segundo, para pelearte con la administración por las migajas que tienen para tu hijo. Y para ello, tienes que renunciar a tu vida, a tu trabajo y a tu salud.
Cuidadoras no profesionales: 'Queremos reconocimiento y apoyo institucional, no solo migajas'
Las cuidadoras no profesionales, mayoritariamente mujeres, exigen reconocimiento y apoyo institucional, incluyendo recursos económicos, acceso a especialistas y periodos de descanso. Su movilización busca asegurar que la nueva legislación contemple sus necesidades y les permita desempeñar su labor con dignidad y seguridad.
La invisibilidad de las cuidadoras: 'Somos insustituibles, queremos que se nos escuche'
Las cuidadoras principales son el colectivo más enfermo y medicado. Tenemos enfermedades relacionadas con el hecho de seguir cuidando, como problemas de espalda y articulaciones, pero no nos podemos permitir el lujo de enfermar, porque entonces, ¿quién cuida a nuestro hijo? Patricia pregunta. Además, todavía no se tiene en cuenta que nuestros hijos y nuestra situación necesitan medidas de acompañamiento específicas en los servicios de salud.
La Plataforma Estatal de Cuidadoras No Profesionales reivindica que la cuidadora principal deba ser reconocida y regulada, con medidas concretas como permisos, flexibilidad, jubilación anticipada, CUME para todas las dependencias y soportes en casa mientras trabajan, o bien si quieren estar en casa cuidando, como respiros, sueldo mínimo interprofesional, cotización a la Seguridad Social, paro y medidas de reinserción laboral si nuestro hijo fallece.
Además, piden que las prestaciones no sean incompatibles entre ellas y que se aumenten las prestaciones de dependencia, congeladas desde 2012. ¿Quién piensa que puedes vivir con 380 euros al mes con una persona dependiente severa en casa, si además no puedes trabajar porque debes estar cuidándole?
Las cuidadoras principales son insustituibles y necesitan un reconocimiento y apoyo institucional real. No se trata solo de migajas, sino de un cambio estructural que les permita desempeñar su labor con dignidad y seguridad.
Queremos a nuestros hijos más que nada en el mundo, pero el amor no paga facturas ni cotiza. Lo que más nos agota no es el cuidado de nuestros familiares, sino la lucha constante con la administración y el poco reconocimiento social que tenemos.
Es hora de escuchar a las cuidadoras principales y darles el reconocimiento y apoyo que merecen. Es hora de cambiar la situación y darles la dignidad y seguridad que necesitan.
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