Tutoriales para perros: Cómo acostumbrar a tu mascota a llevar el collar isabelino sin problemas
En el mundo canino, la seguridad y el bienestar de nuestras mascotas es de suma importancia. Uno de los pasos más importantes para garantizar su protección es el uso del collar isabelino, un elemento esencial para la identificación y localización de nuestros perros en caso de fuga. Sin embargo, muchos propietarios de mascotas se enfrentan a la difícil tarea de acostumbrar a sus perros a llevar este tipo de collar. En este artículo, te presentamos una serie de tutoriales prácticos y sencillos para que puedas enseñar a tu mascota a llevar el collar isabelino de manera cómoda y segura, sin generar estrés ni malestar en tu perro.
Crea hábitos saludables para tu perro: Tutoriales para llevar collar isabelino sin problemas
El collar isabelino es un dispositivo veterinario con función protectora que impide que el animal acceda a sus heridas, así como impide que se rasque la cabeza o el cuello mientras se curan las lesiones. Se sujeta al collar habitual mediante una cuerda o pestañas y aunque en teoría permite que el perro o gato coma y beba, es habitual que los 'sufridos' animales que deben llevar un collar isabelino entren en una fase de torpeza ilimitada.
El collar isabelino: una herramienta protectora
El collar isabelino, llamado así por su semejanza a las gorgueras del vestuario en la época de Isabel I de Inglaterra, evita que el animal acceda a sus heridas. Con forma de cono, impide que se rasque la cabeza o el cuello mientras se curan las lesiones.
Desafortunadamente, el collar isabelino tradicional puede ser incómodo para los animales, lo que puede generar ansiedad, limitar su movilidad y dificultar su acceso a la comida y el agua. Además, puede generar signos de estrés y malestar en el animal, afectando incluso el proceso de curación.
Efectos del collar isabelino tradicional
Aunque está diseñado para su seguridad, el collar isabelino presenta efectos secundarios que pueden afectar el bienestar animal. Uno de los principales inconvenientes es la pérdida de visión periférica, lo que desorienta al animal y puede generar ansiedad. Además, el collar interfiere con la forma en que los sonidos llegan a sus oídos, dificultando su percepción del entorno.
Limita considerablemente su movilidad, y muchos perros y gatos golpean el cono contra los muebles al intentar moverse. También les cuesta acceder a sus platos de comida y agua. Durante el descanso, el collar dificulta encontrar una posición cómoda, lo que aumenta su incomodidad.
Cómo enseñar a un perro a llevar un collar isabelino
Casi todos los perros y muchos gatos, en algún momento, necesitarán un cono protector, y esa primera experiencia rara vez es agradable para los implicados. Sin embargo, si se prevé una cirugía, como la esterilización o una castración, se puede aprovechar para familiarizar al perro con el collar isabelino.
Sigue estos 6 pasos para ayudar a un perro a acostumbrarse al collar isabelino:
Paso 1: Presentación del collar
Cuando el perro esté cómodo, levanta el collar y muéstraselo. Si muestra interés (olfateando o tocándolo), prémialo y elógialo.
Paso 2: Familiarización con el interior
Cuando el perro se emocione al ver el collar, colócalo de manera que pueda meter la cabeza por la parte ancha. Recompensa cualquier intento de acercarse al collar, y si es necesario, puedes atraerlo con la mano y una golosina desde el extremo más estrecho.
Paso 3: Repetición con el extremo estrecho
Cuando el perro esté cómodo con el extremo ancho, repite el proceso, pero esta vez haciendo que meta la cabeza por la parte estrecha del collar.
Paso 4: Aumentar la duración
Una vez que el perro meta y saque la cabeza sin problemas, comienza a aumentar el tiempo entre recompensas mientras su cabeza está dentro del collar.
Paso 5: Movimientos con el collar
Ahora abrocha el collar e invítalo a moverse un poco mientras lo lleva puesto.
Paso 6: Paseos cortos
Para finalizar, empieza a dar paseos cortos por la casa con el collar puesto. Puedes pedirle que se siente o se tumbe, o invitarlo a hacer algo que le guste, como subirse a la cama. Recuerda seguir recompensándolo para que asocie el collar con experiencias positivas.
Este entrenamiento debería llevarse a cabo durante varias semanas, con sesiones breves y positivas de no más de cinco minutos.
Conclusión
Aprender a llevar un collar isabelino puede ser un proceso desafiante para los perros, pero con paciencia y perseverancia, puedes ayudar a tu mascota a acostumbrarse a este dispositivo protector. Recuerda que la clave es la gradualidad y la positividad, y que con tiempo y esfuerzo, tu perro podrá llevar el collar isabelino sin problemas.
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