Hace exactamente un año, el 23 de julio de 2021, España vivió un shock político sin precedentes. El líder del Partido Popular, Alberto Feijóo, sufrió una derrota electoral inesperada que lo dejó al borde del abismo. Sin embargo, en lugar de dejar que la adversidad lo derrotara, Feijóo se recuperó con rapidez y determinación. A lo largo del último año, ha logrado reafirmarse en el poder gracias al apoyo incondicional de los votantes, quienes lo han respaldado en su camino hacia la reconstrucción y el crecimiento. En este artículo, analizaremos cómo Feijóo logró vencer la adversidad y consolidar su posición como líder indiscutible del Partido Popular.
- Feijóo, desde el shock al éxito: cómo el líder del PP se reafirmó en el poder con el apoyo de los votantes en el año después de la derrota
- Un año después, Feijóo sale fortalecido
- La crisis con el PNV y la historia contradictoria con Junts
- La estrategia del PP: rechazo absoluto a la amnistía
- La ruptura con Vox y el regreso a la estrategia inicial
- Feijóo, un año después, sigue aspirando a la Moncloa
Feijóo, desde el shock al éxito: cómo el líder del PP se reafirmó en el poder con el apoyo de los votantes en el año después de la derrota
Alberto Núñez Feijóo, desde el balcón de Génova en la noche electoral del 23J. Europa Press
Fue la noche del desengaño. Los militantes y simpatizantes del PP que seguían el escrutinio en los alrededores de la calle Génova renunciaron a los bailes que se habían echado hacía dos meses en el triunfo del 28M al ritmo de DJ Pulpo. El candidato a la Moncloa Alberto Núñez Feijóo había ganado las elecciones generales y, sin embargo, no podía gobernar. Ni había conseguido echar a Pedro Sánchez del Gobierno ni deshacerse de la sombra de Santiago Abascal. Los populares salieron al balcón, símbolo de las grandes victorias, pero las caras hablaban por sí solas.
En cuestión de horas, el PP pasó de la euforia al shock. Y solo con el tiempo admitieron en alto sus errores: de elevar las expectativas por su confianza extrema en las encuestas a subestimar el impacto de sus alianzas con Vox en hasta seis gobiernos autonómicos y otros tantos ayuntamientos. No obstante, el PP que había pinchado en su objetivo de llegar a la Presidencia en solitario se ha mantenido aún más fuerte un año después. Feijóo supo recomponerse, con el apoyo de las calles, las urnas y con la unidad interna de su partido, aunque hoy por hoy tenga déficit de alianzas parlamentarias.
Un año después, Feijóo sale fortalecido
El primer paso que ayudó al líder popular a sacar cabeza fue el de presentarse a una sesión de investidura que se atisbaba fallida. Pudo haberse abstenido, como hizo uno de sus predecesores, Mariano Rajoy, en 2016. Sin embargo quiso marcar perfil y explicar por qué, en su opinión, le impedían gobernar. La amnistía o cualquier fórmula equivalente o análoga es un instrumento adecuado para superar el conflicto catalán; no voy a defender eso. Tengo principios, límites y palabra. Así se expresó, un Feijóo que sentía el apoyo social al haber aglutinado dos días antes a unas 50.000 personas en contra de la amnistía y en favor de la igualdad de todos los españoles.
También eran las palabras de un líder que acababa de ganarse la unidad y el fervor de su partido. Feijóo sale legitimado, apuntaron dirigentes populares, que decían ver a su líder fortalecido tras dicho debate. Mientras ganaba liderazgo interno, perdía alianzas parlamentarias. En ese debate y el que más tarde se produciría en la investidura de Sánchez, el PP rompió con el nacionalismo vasco.
La crisis con el PNV y la historia contradictoria con Junts
El PNV ha decidido cambiar el tractor por la hoz y el martillo; el líder Aitor Esteban recuperó su batalla dialéctica con el PP de Mariano Rajoy: Alberto, tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite Vox, dijo esta vez a Feijóo. La crisis con la formación que sacó a Rajoy de la Moncloa en 2018 se agudizó a las puertas de las elecciones vascas.
El PP se tomó la revancha con el PNV y pasó de pedirle su apoyo a Feijóo en septiembre a vincularle con Bildu en abril. La historia con Junts fue aún más contradictoria. En las semanas en las que Feijóo buscaba apoyos para su investidura, llegó a rozar la posibilidad de llegar a acuerdos con el independentismo catalán. Los populares negaban cualquier contacto con la formación del prófugo Carles Puigdemont al tiempo en que salían informaciones de encuentros informales entre las dos cúpulas.
La estrategia del PP: rechazo absoluto a la amnistía
Con el tiempo y en plena campaña gallega, la dirección nacional del PP confesó haber analizado durante 24 horas la amnistía que exigía Junts antes de la investidura fallida del candidato popular a la Moncloa. Si bien pronto la rechazaron, a diferencia del PSOE, esta polémica convirtió en el talón de Aquiles del relato de Feijóo con respecto a Junts. Aun así la estrategia del PP continuó siendo la misma: de rechazo absoluto a la amnistía y a cualquier trato de favor que se le dé a Cataluña y deje en desigualdad de condiciones al resto de las comunidades, como es la última exigencia de Junts de no acoger a inmigrantes en su territorio mientras España sufre una nueva oleada migratoria.
La ruptura con Vox y el regreso a la estrategia inicial
Precisamente la entrada de inmigrantes fue el punto que hizo estallar las relaciones entre Vox y PP. Hace un par de semanas la dirección de Santiago Abascal lanzó su novena amenaza de ruptura con los seis pactos de gobiernos autonómicos que mantiene con el PP desde el pasado verano. Los populares no se tomaron en serio el órdago pero, lo llevaran a cabo o no, lo atisbaban como un triunfo. Así que se mantuvieron tercos en su postura, alimentando aún más el arrebato de los de Abascal hasta que la situación fue insostenible. Vox acabó por salirse de los gobiernos autonómicos y el PP, por su parte, recuperó su estrategia inicial de gobernar sin Vox tras la ruptura de los de Abascal.
Feijóo, un año después, sigue aspirando a la Moncloa
Así fue como el Feijóo de los 136 escaños, que se quedó a cinco de la absoluta [176] aun con los apoyos de Vox y Coalición Canarias, sigue aspirando a la Moncloa un año después. Cuenta con menos apoyos parlamentarios tras su historial con Junts, PNV y Vox, pero, en cambio, cuenta con más apoyo social. Ejemplo de ello, fueron las cinco manifestaciones que convocó Feijóo en distintos puntos de la capital, incluso en todas las plazas de España, para protestar contra la amnistía y defender la igualdad de todos los españoles.
Un apoyo que luego se reflejó en las urnas. Lo cierto es que en cada una de las citas electorales de este último año, desde las gallegas a las vascas pasando por las catalanas y culminando en las europeas, el PP ha crecido. De hecho en estas últimas, las más parecidas a unas nacionales, el PP superó al PSOE.
Con todo, el PP de Feijóo recorrerá este 23 de julio de 2024 por el camino correcto para reemplazar al Gobierno. Su equipo explica que la intención de Feijóo es seguir debilitando al gobierno en sede parlamentaria aunque eso sea votando con Junts y Vox muchas iniciativas, tal y como subrayó el propio Feijóo esta semana. No obstante, en Génova aseguran que no existe estrategia de acercamiento a estas formaciones de cara a futuras investiduras sino que forma parte del afán de Feijóo por coger fuerza creciendo por la izquierda y por la derecha del tablero político.
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