Un país otorga derechos a las olas marinas, en un intento innovador por proteger el medio ambiente y el equilibrio ecosistemático

Un país otorga derechos a las olas marinas, en un intento innovador por proteger el medio ambiente y el equilibrio ecosistemático

En un paso histórico y visionario, un país ha decidido otorgar derechos legales a las olas marinas, en un intento innovador por proteger el medio ambiente y el equilibrio ecosistemático. Esta medida pionera tiene como objetivo garantizar la preservación de los ecosistemas marinos y proteger la biodiversidad que habita en ellos. De esta manera, se busca frenar la degradación del medio marino y promover un desarrollo sostenible que beneficie a las futuras generaciones. Esta noticia revolucionaria abre nuevas puertas para la protección del medio ambiente y nos brinda una oportunidad única para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza.

Brasil otorga derechos a las olas marinas, un paso innovador para proteger el medio ambiente y el equilibrio ecosistemático

En un histórico paso hacia la protección del medio ambiente, Brasil ha reconocido los derechos de las olas del río Doce, convirtiéndose en un país pionero en la lucha por la preservación del equilibrio ecosistemático.

En 2015, una represa minera en el río Doce se rompió, liberando toneladas de hierro, lodo y agua que causaron la muerte de 270 personas y dejaron un daño medioambiental irreparable. Este desastre ambiental llevó a la Cámara Municipal de Linhares, en el estado de Espírito Santo, a promover una legislación específica para garantizar los derechos de las olas del río Doce.

Un país reconoce derechos a la naturaleza, un movimiento global que cuestiona la visión tradicional sobre el valor del medio ambiente

La nueva ley reconoce el derecho de las olas a romper en la desembocadura del río Doce y considera al océano como un ser vivo con derechos inherentes a la existencia, regeneración y restauración. Esta decisión se fundamentó en los efectos del colapso de la presa en Minas Gerais en 2015, que causó devastadores cambios ambientales, sociales y económicos.

La Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza (GARN) ha reconocido los derechos intrínsecos de las olas a existir, regenerarse y mantener su equilibrio ecológico. Brasil ha marcado un hito en la legislación ambiental al hacer oficial algo que ya practicaban las poblaciones nativas amazónicas.

Ecuador, país pionero en otorgar derechos, fue el primer país en reconocer en su constitución a la naturaleza como un sujeto de derechos en 2008. Según el artículo 71 de su Carta Magna, “la naturaleza o Pacha Mama tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos.

El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza no se limita a un solo país. Desde 1972, organizaciones como la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza han promovido una nueva visión en la relación entre los seres humanos y el medio ambiente, cuyo objetivo es que las entidades naturales, como ríos, bosques y mares, dejen de ser considerados solo recursos y sean reconocidos como sujetos de protección jurídica.

Un movimiento global que cuestiona la visión tradicional que ha predominado durante siglos, donde el valor de la naturaleza se mide en términos de utilidad económica. La propuesta central es que la naturaleza tenga derechos inherentes, lo que le permite invocar sus propios intereses legales, independientemente de los beneficios que pueda aportar a la humanidad.

Esta nueva visión es un paso hacia una relación más respetuosa y equilibrada entre los seres humanos y el medio ambiente, y Brasil se ha unido a más de 35 países que han reconocido la existencia de los llamados Derechos de la Naturaleza en sus sistemas jurídicos.