¿Una nueva amenaza para el planeta? El asteroide Dimorphos podría orbitar de manera incontrolada
La comunidad científica se encuentra en alerta ante la posible amenaza que se cierne sobre la Tierra. El asteroide Dimorphos, un cuerpo celeste de aproximadamente 160 metros de diámetro, podría orbitar de manera incontrolada en un futuro no muy lejano. Según los expertos, el asteroide en cuestión se encuentra en una órbita inestable, lo que podría llevar a una colisión con nuestro planeta. Aunque por ahora no se puede hablar de una certeza, la posibilidad de que Dimorphos se salga de control es lo suficientemente preocupante como para que los científicos comiencen a sondear opciones para evitar este posible desastre. En las próximas líneas, exploraremos las implicaciones de esta situación y las posibles soluciones que se están estudiando.
Dimorphos, el asteroide que da vueltas caóticamente, puede representar una nueva amenaza para la Tierra
La misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA impactó contra Dimorphos, un asteroide de 160 metros de diámetro, a finales de septiembre de 2022. El objetivo era comprobar si su tecnología podía desviar el rumbo de este cuerpo celeste rocoso de cara a los posibles impactos que fuesen una amenaza para la Tierra.
A finales de febrero de este año, un estudio publicado por la revista Nature Astronomy informó que el impacto de la sonda DART pudo cambiar completamente la forma del asteroide Dimorphos, sin que haya quedado en su superficie un cráter bien definido al ser un cuerpo celeste pequeño. Y, en marzo, un estudio dirigido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) verificó que la forma del asteroide cambió e incluso su órbita se redujo.
Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) revela que Dimorphos puede empezar a dar vueltas caóticamente en sus intentos de volver al equilibrio gravitacional con su 'asteroide padre' llamado Didymos. Derek Richardson, profesor de astronomía en la Universidad de Maryland y líder del grupo de trabajo de investigación de DART, confiesa que “en su mayor parte, las predicciones originales previas al impacto sobre cómo DART cambiaría la forma en que Didymos y su luna se mueven en el espacio eran correctas. Pero hay algunos hallazgos inesperados que ayudan a proporcionar una mejor imagen de cómo los asteroides y otros cuerpos pequeños se forman y evolucionan con el tiempo”.
Según este nuevo estudio, cuando la sonda DART chocó contra Dimorphos, este cuerpo celeste se deformó significativamente, creó un gran cráter y lo remodeló de manera tan drástica que se descarriló de su progresión evolutiva original. Además, Richardson afirma que el asteroide era originalmente achatado (con forma de hamburguesa), pero se volvió más alargado (estirado como una pelota de fútbol) después de que la nave espacial DART chocara con él.
“Esperábamos que Dimorphos fuera alargado antes del impacto simplemente porque así es como generalmente creíamos que el cuerpo central de una luna acumularía gradualmente material que se ha desprendido de un cuerpo primario como Didymos. Tendería naturalmente a formar un cuerpo alargado que siempre apuntaría su eje largo hacia el cuerpo principal. Pero este resultado contradice esa idea e indica que algo más complejo está en juego aquí. Además, el cambio inducido por el impacto en la forma de Dimorphos probablemente cambió la forma en que interactúa con Didymos”.
Por otro lado, Richardson agrega que los escombros esparcidos por la nave espacial en el impacto también jugaron un papel en la alteración del equilibrio entre la Luna y su asteroide. Dimorphos está dando vueltas de manera caótica e impredecible, afirma Richardson, lo que significa que puede tambalearse hacia adelante y hacia atrás en su orientación.
El equipo de la Universidad de Maryland quieren saber cuándo los escombros expulsados se eliminarán del sistema, si Dimorphos está dando vueltas en el espacio y cuándo recuperará finalmente su estabilidad. No obstante, con el objetivo de 'calmar las aguas', Richardson anuncia que existe una probabilidad no nula de que un asteroide o un cometa se acerque y ponga en peligro el planeta. Ahora, tenemos una línea de defensa adicional contra este tipo de amenazas externas.
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