'Amen sin tilde', un proyecto revolucionario que busca adquirir viviendas para personas sin hogar, ha despertado la atención y el apoyo de la comunidad. La iniciativa va más allá de simplemente brindar un techo, ya que se enfoca en la construcción de hogares para aquellos que más lo necesitan. Este enfoque holístico busca no solo cubrir una necesidad básica, sino también ofrecer un espacio seguro y acogedor donde estas personas puedan reconstruir sus vidas. La premisa fundamental de este proyecto es que una vivienda no solo es un lugar físico, sino un lugar de pertenencia y bienestar emocional. La sostenibilidad y la inclusión social son pilares fundamentales en la filosofía de 'Amen sin tilde', que se ha convertido en un faro de esperanza para aquellos que han perdido todo.
'Amen sin tilde': Un proyecto que transforma vidas proporcionando hogares seguros y acogedores
La Real Academia Española define la empatía como la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Es decir, que una persona sea capaz de crear un vínculo con otra y tratar de ponerse en su piel para ser consciente de qué es lo que está sintiendo.
De una emoción similar junto a la escucha activa, la caridad, el compromiso por el cambio y la voluntad de ayudar, nace un proyecto muy humano que tiene por nombre 'Amen Sin Tilde'. Un libro escrito por Javier Cascón, que desde los 13 años lleva implicado en la incansable batalla de dar refugio a las personas que, por infinidad de motivos, no tienen un techo bajo el que vivir.
Como él mismo explica, su afán no era únicamente dar un techo a alguien que lo necesitara, sino crear hogares donde se sientan seguros y en casa. Escribí Amen sin Tilde y, gracias a todo lo recaudado junto a los 4 trabajos que compaginaba, fui capaz de comprar la primera casa para una de estas personas, cuenta orgulloso.
'Amen sin tilde': Más que casas, una oportunidad de crecer y reconstruir hogares
A pesar de colaborar en comedores sociales y formar parte de talleres donde personas sin hogar creaban obras que se vendían para fines sociales, Javier no estaba satisfecho solo con eso. Quería más. Ha habido multitud de perfiles. Hace unos meses una madre con su hija vivía en uno de los pisos y ahora que ellas han podido irse a otra casa le hemos dado el apartamento a una mujer de mediana edad, narra Cascón.
Hoy por hoy, el objetivo es comprar una tercera vivienda donde Javi remarca que, a pesar de las diferencias entre cada persona, hay unos requisitos que deben cumplir. En primer lugar conocemos la historia, hablamos con ella o con el trabajador social que esté a su cargo. Para nosotros es fundamental que no tengan ningún tipo de adicción, porque a día de hoy no estamos preparados para gestionar ese tipo de perfiles. Y, por supuesto, tienen que saber convivir con el resto de personas que haya en la casa. No toleramos la violencia, explica.
Además de los requisitos generales, cada persona debe cumplir otros individuales, como pueden ser aprender español (en el caso de los extranjeros), estar en búsqueda activa de empleo o asistir a formaciones.
Deja una respuesta