En un reciente suceso mediático, el reconocido escritor Arturo Pérez-Reverte ha dirigido unas palabras firmes hacia el político Íñigo Errejón en relación al evento histórico del 2 de mayo. En su declaración, Pérez-Reverte ha expresado con contundencia que Errejón carece de conocimiento acerca de lo que realmente sucedió en aquella fecha crucial. La frase No tiene usted ni la más remota idea de lo que ocurrió resuena como un reproche directo a la falta de comprensión por parte de Errejón sobre los acontecimientos que marcaron un punto de inflexión en la historia de España. Este enfrentamiento de opiniones entre dos figuras públicas de relevancia ha generado un debate intenso en la esfera política y cultural del país.
Reacción de Arturo Pérez Reverte a Íñigo Errejón por interpretación del 2 de mayo
Cada 2 de mayo se celebra en Madrid el levantamiento popular contra los franceses, que por entonces ocupaban la capital. Este gesto popular a menudo se relaciona con el germen de la independencia de España tras la invasión napoleónica y como una muestra del valor y ansia de libertad del pueblo.
Sin embargo, como ocurre con casi cualquier evento histórico, tiende a romantizarse o incluso a tergiversarse con el paso de los años. Eso es lo que le ha parecido al escritor Arturo Pérez-Reverte tras leer un tuit del portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón.
La Corte había huido, así que tuvo que ser la Villa. Como siempre. El 2 de mayo se conmemora un levantamiento nacional de la plebe, semilla de la soberanía popular, decía el político junto a una imagen del cuadro Malasaña y su hija batiéndose contra los franceses, de Eugenio Álvarez Dumont.
Respuesta de Pérez-Reverte a Errejón
Clichés baratos aparte, no tiene usted ni la más remota idea de lo que ocurrió el 2 de mayo. Ni de quién movió y encabezó a la gente. La parte positiva es que eso se arregla leyendo, sentenciaba el escritor.
Sin embargo, el 2 de mayo el pueblo de Madrid se reveló contra la decisión de Murat, al que Napoleón había encomendado el gobierno de España, de mandar a Francia al infante Francisco de Paula, el último miembro de la familia real que quedaba en el país. Los rumores sobre ese exilio forzado hicieron que los madrileños, partidarios de la monarquía patria, se congregaran frente al palacio real e iniciaran una revuelta.
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