El Museo del Prado está de fiesta con el lanzamiento de la segunda edición de la exitosa guía El Prado en femenino. Esta publicación es un homenaje a las mujeres que revolucionaron el arte en el siglo XVII, ofreciendo un recorrido por la vida y obra de las artistas femmes que marcaron un antes y un después en la historia del arte. A través de este paseo, el lector podrá descubrir la trayectoria de mujeres como Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana y Judith Leyster, entre otras, que a pesar de las barreras sociales y culturales de la época, lograron abrirse camino en un mundo dominado por los hombres. Esta guía es una oportunidad única para conocer a estas pioneras del arte y disfrutar de sus obras maestras.
El Museo del Prado destaca la figura de las mujeres que revolucionaron el arte en el siglo XVII
El Museo del Prado inaugura la segunda edición de El Prado en femenino, un recorrido que invita a conocer a las principales promotoras artísticas del siglo XVII en Europa. Esta exposición comienza con Isabel de Borbón y Mariana de Neoburgo, vinculadas a la Casa de Austria, y culmina con la reina Cristina de Suecia.
La infanta Isabel Clara Eugenia es la cuarta promotora destacada de este período en el que se constata la construcción y evolución de la imagen de poder de la reina Mariana de Austria, esposa de Felipe IV y reina regente de Carlos II, según la profesora científica Noelia García Pérez, responsable del itinerario.
La evolución de la imagen de poder de la reina Mariana de Austria
La profesora García destaca los retratos de Juan Carreño de Miranda de Mariana de Austria como consorte, entre 1671 y 1677, como importantes, más emblemáticos y más significativos; después aparecen otros como regente hasta que se producen una serie de cambios iconográficos que muestran que algo está cambiando, justo antes de que el nuevo rey tome el poder.
Obras destacadas de la exposición
Entre las obras que se podrán ver en la exposición se encuentran Judit y Holofernes, de Tintoretto, que dialoga en la nave central con la que realizó Carreño de Miranda para decorar la pared del Salón de los Espejos donde situó a Mariana de Austria en uno de sus retratos. La heroína bíblica era un modelo perfecto para una reina, que como ella, era viuda, religiosa y resolutiva, capaz de dar su vida por su pueblo como ella misma.
Otra imagen que aparece en ese cuadro es la imagen de Felipe II segundo entregando a los cielos al Infante de don Fernando. Es una referencia clara que ella está legitimada para asumir el poder por su hijo, Carlos II.
También se podrá ver Eva y Adán, de Durero, y otras obras como a caballo, de Velázquez, o Los archiduques de caza, de Jan Brueghel el Viejo.
La figura de Cristina de Suecia
La profesora García describe a Cristina de Suecia como una figura absolutamente excepcional para la colección del Museo del Prado, de la que en su día llegan 61 obras, y a la que se debe la parte más importante y significativa de la colección de escultura clásica que alberga, además de obras como las tablas de Adán y Eva, de Durero, un regalo que realizó Felipe IV.
Tenía un gusto artístico muy formado y muy concreto. Era una gran amante de la pintura, del clasicismo italiano, de Rafael, de la pintura veneciana, reseña la profesora.
El itinerario y actividades adicionales
El itinerario está repartido en cuatro secciones y consta de 34 obras restauradas, nueve de las cuales se encontraban en los almacenes del museo. En siete de las salas se han tenido que reescribir las cartelas para dar la importancia que tenía a la mujer que representa.
Además del itinerario, el museo ha presentado un amplio programa de actividades que incluye documentales, un ciclo de cine y conferencias.
El Museo del Prado está corrigiendo con gran exhaustividad toda esta cuestión; diferenciando entre reinas, consortes, reinas propietarias, que eso también es muy importante para darles a cada una el protagonismo histórico que merecieron, subraya la profesora García Pérez, una manera de visibilizar el papel de la mujer en el mundo del arte.
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