En las últimas décadas, los viajes aéreos han experimentado un aumento significativo en la frecuencia y severidad de las turbulencias aéreas. Estos eventos impredecibles y a menudo aterradores pueden ser causa de gran estrés y ansiedad para los pasajeros y la tripulación. Recientemente, un vuelo que cubría la ruta de Londres a Singapur enfrentó una turbulencia extrema, lo que nos lleva a preguntarnos qué son exactamente estas perturbaciones en el aire y por qué parecen estar aumentando en frecuencia. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de turbulencias, sus causas y consecuencias, y analizaremos por qué estas perturbaciones aéreas están en aumento.
Turbulencias en el cielo: ¿Por qué se producen y qué tipos hay?
El pasado lunes, un vuelo de Londres a Singapur sufrió un grave incidente debido a las fuertes turbulencias, lo que dejó a un hombre fallecido y a una treintena de heridos, siete de ellos hospitalizados en estado crítico. El motivo: las turbulencias extremas y una pérdida súbita de altitud, según los datos de FlightRadar, de casi 2.000 metros.
Este tipo de turbulencias producen muchos heridos, explica Álvaro Gammicchia, portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), que asegura que existen dos tipos de turbulencias. Pero, ¿por qué se producen y cuál es la que afectó al vuelo de Singapur?
¿Por qué se producen las turbulencias?
Podría decirse que la atmósfera terrestre está formada por un gran río de vientos que se desplaza generando ondas que se ajustan al espacio. Son, precisamente, estos movimientos aleatorios que se superponen al viento medio, los que provocan las turbulencias.
La AEMET define estas turbulencias como toda variación de la intensidad y/o dirección del viento que genera aceleraciones verticales u horizontales que pueden modificar los parámetros de vuelo. Aunque la sensibilidad de la turbulencia dependerá del tipo y tamaño de la nave, se puede sufrir efectos como el lanzamiento de los objetos por el aire. Esto también puede deberse a un cambio de velocidad que puede alcanzar hasta los 46km/h.
Tipos de turbulencia
La definición es simple: las turbulencias son remolinos de aire caóticos perturbados de un estado más tranquilo por diversas fuerzas. Según su intensidad, estas turbulencias pueden clasificarse como leve, moderada y severa, mientras que, según su causa, pueden dividirse en:
Turbulencia mecánica: es la que ocurre cuando obstáculos tales como edificios, terreno irregular o árboles intervienen en el flujo normal del viento. Un ejemplo podrían ser las cadenas montañosas.
Turbulencia convectiva o térmica: es la que detectan los radares meteorológicos por estar ligada a un fenómeno atmosférico. Se pueden prever.
Turbulencia de aire claro: es la que se desconoce su existencia y no se prevé porque no está asociada a nubes que contienen rayos, truenos o granizo. Además, se producen en grandes altitudes. Esta es la que provocó el terrible incidente en el vuelo del pasado lunes.
Las turbulencias de aire claro se suelen dar en la fase de crucero (el tiempo en el que el avión se encuentra ya en altitud y velocidad constante) y son las más peligrosas, ya que muchas veces no estamos prevenidos de que están ahí, explica Francisco Cruz, colaborador del Departamento Técnico del Sindicato de Pilotos de España (Sepla).
¿Por qué cada vez son más frecuentes las turbulencias?
El catedrático de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) Sergio Hoyas, considera que las turbulencias por tormentas se están agravando, sobre todo en el Atlántico norte, debido al cambio climático. Él es miembro de un equipo internacional que ha desarrollado una nueva técnica que permite estudiar la turbulencia de una forma diferente.
Las turbulencias se están agravando por el cambio climático, advierte el catedrático. Según los expertos, con el cambio climático cada vez son más las tormentas inesperadas o grandes corrientes, e incluso hay algunos estudios, como el del científico británico Paul Williams, que apuntan a que van a aumentar en un 50% los grandes problemas de turbulencias y la gravedad de los accidentes dentro del avión en los próximos años.
Sin embargo, la integridad del avión nunca se va a ver en peligro, no se va a caer, el problema es si no llevas el cinturón de seguridad, te golpeas contra el techo, explica el catedrático.
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