En un contexto de creciente inestabilidad económica, una alarmante cifra llama la atención sobre la situación de los niños y adolescentes españoles. Según un reciente informe, casi el 60% de la población infantil y juvenil en España crece bajo la sombra de la precariedad económica. Esta situación no solo afecta a la estabilidad emocional y psicológica de los menores, sino que también tiene un impacto directo en su desarrollo y bienestar futuro. Es hora de tomar medidas efectivas para abordar esta problemática y garantizar un futuro más seguro y próspero para las nuevas generaciones.
Precariedad económica azota a España: más de la mitad de los niños viven en hogares con dificultades para llegar a fin de mes
Una noticia alarmante sacude a la sociedad española. Más de la mitad de los niños y adolescentes españoles, un 55%, vive en hogares que afrontan dificultades para llegar a final de mes. Esta situación se traduce en carencias materiales severas que afectan a más de un millón y medio de menores, que han experimentado retrasos en el pago del alquiler o de la hipoteca de la vivienda.
Según el informe anual Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia 2024, elaborado por la Plataforma de Infancia, España alcanzó en 2023 el récord histórico en carencia de material severa en hogares con menores a su cargo. El director de la entidad, Ricardo Ibarra, ha alertado sobre la situación: Claramente tenemos un problema histórico.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan un deterioro de la calidad de vida de los menores en España, que sufren la segunda peor tasa de pobreza infantil de toda la Unión Europea (UE): el 28,9% está en esta situación. La carencia material severa, que mide la proporción de población que vive en hogares que carecen al menos de cuatro de nueve conceptos definidos, alcanzó en 2023 el 10,8% de la población infantil, lo que supone 4,8 puntos porcentuales más que en 2019.
Entre los conceptos que se evalúan para medir la carencia material severa se encuentran la imposibilidad de permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, no poder costearse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada, no poder afrontar gastos imprevistos, haber tenido retrasos en el pago de la vivienda, no poder permitirse un coche, no poder permitirse un teléfono, no poder permitirse un televisor, y no poder disponer de una lavadora.
Los datos también revelan que un cuarto de los hogares con menores de edad reside en viviendas inadecuadas, ya sea por problemas de goteras, humedades o podredumbre, lo que afecta al 25% de los hogares con menores. La pobreza energética y alimentaria también presenta los registros más altos desde que se tienen datos. Casi el 20% de los hogares con niños y adolescentes no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada, y el 6,9% de los niños no pueden permitirse carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
La situación es grave, y según la autora del informe, Eva García, más de medio millón de menores de edad pueden estar sufriendo problemas de malnutrición infantil.
Esperamos que esta noticia llame la atención sobre la necesidad de abordar la pobreza infantil y la precariedad económica en España.
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