En el mundo del deporte, la búsqueda de rendimiento y ventaja competitiva ha llevado a la utilización de sustancias y tratamientos que pueden ser beneficiosos para la salud, pero también pueden ser utilizados con fines de dopaje. Uno de estos compuestos es la menotropina, una hormona natural que se utiliza en medicina para tratar ciertas condiciones de infertilidad. Sin embargo, su capacidad para aumentar la producción de hormonas sexuales la hace atractiva para los atletas que buscan mejorar sus resultados. En este artículo, exploraremos el uso médico legítimo de la menotropina, así como los riesgos y consecuencias del dopaje en el mundo del deporte.
Descubriendo la Menotropina: Medicación Hormonal para la Fertilidad y Riesgo de Dopaje en el Deporte
El Tribunal Antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha sancionado con cuatro años de inhabilitación al ciclista colombiano Miguel Ángel López por uso y posesión de menotropina en el Giro de Italia del año 2022.
¿Qué es la menotropina?
La menotropina, también conocida como gonadotropina menopáusica humana, es un tipo de medicación hormonal utilizada clínicamente para tratar ciertos trastornos de fertilidad en las mujeres. Estimula la maduración del folículo en el ovario, incrementando así la fertilidad.
Las preparaciones de menotropina se administran mediante una inyección diaria, intramuscular o subcutánea, durante unos diez días y bajo estricta supervisión médica. Sin embargo, existen algunas contraindicaciones para su uso, como en caso de embarazo, insuficiencia ovárica primaria, sangrado vaginal anormal, trastornos no controlados de la glándula tiroides o suprarrenal, entre otros.
Riesgos asociados con la menotropina
El uso de menotropina puede incrementar el riesgo de embarazo fuera de útero (ectópico), aborto espontáneo, parto prematuro, defectos de nacimiento o fiebre tras el parto.
Uso en dopaje
La menotropina se emplea ocasionalmente (e ilícitamente) para incrementar el rendimiento deportivo. En los hombres, la menotropina puede aumentar la secreción de esteroides testiculares, incrementando los niveles de testosterona y epitestosterona, lo que a su vez aumenta la masa muscular, otorgando fuerza y resistencia física.
El uso de medicaciones hormonales en los deportes se remonta a las décadas de los 60 y los 70, y se basa en el efecto que tienen algunos de sus componentes sobre la secreción de andrógenos en los varones.
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