Tener la capacidad de sentirse vulnerable: ¿qué beneficios nos puede reportar según los expertos en psicología?

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Tener la capacidad de sentirse vulnerable: ¿qué beneficios nos puede reportar según los expertos en psicología?

En un mundo donde la fortaleza emocional y la resistencia al estrés son consideradas como virtudes fundamentales, la vulnerabilidad suele ser vista como un signo de debilidad. Sin embargo, según los expertos en psicología, tener la capacidad de sentirse vulnerable puede reportar numerosos beneficios para nuestra salud mental y bienestar emocional. A continuación, exploraremos los argumentos que respaldan esta afirmación y descubriremos cómo la vulnerabilidad puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestras relaciones, fortalecer nuestra autoestima y encontrar la auténtica felicidad.

La vulnerabilidad: ¿un símbolo de debilidad o de fortaleza?

La vulnerabilidad está presente en todos los seres humanos. Sin embargo, a menudo se relaciona con la debilidad y la fragilidad, y se considera algo negativo. Pero, ¿es realmente así?

Según Buenaventura del Charco Olea, psicólogo sanitario y escritor, cuando negamos la vulnerabilidad estamos negando una parte de nosotros, reprimiendo algo que, por mucho que no nos guste, está ahí en todos los seres humanos.

La vulnerabilidad nos ayuda a entender nuestros límites

La vulnerabilidad nos ayuda a entender nuestros límites

Aceptar nuestra vulnerabilidad nos ayuda a establecer límites y a parar cuando lo necesitamos. La vulnerabilidad nos ayuda a entender cuáles son nuestros límites, a no sobrecargarnos, a conocer nuestras necesidades para que podamos responsabilizarnos de ellas… También nos empuja al autocuidado, a saber parar cuando es necesario, y nos da permiso para decir que 'no', para descansar o ser asertivos, explica Fernando Lobato, psicólogo sanitario.

Vulnerabilidad y autocompasión

Aceptar nuestra vulnerabilidad también nos facilita la autocompasión, proceso consistente en aprender a mirarnos y tratarnos de una forma más amable y cálida, más benevolente con nuestros fallos y errores, menos autoexigente. La autocompasión consiste en mirar nuestro propio dolor y que nos conmueva, que podamos empatizar con nosotros mismos, afirma Lobato.

La vulnerabilidad no es debilidad

En general, cuando hablamos de vulnerabilidad, pensamos en algo negativo, relacionado con la debilidad y la fragilidad. Sin embargo, como nos cuenta Lara Ferreiro, autora del superventas 'Adicta a un gilipollas' y psicóloga de Ashley Madison, la vulnerabilidad puede ser una señal de fortaleza.

La trampa de la perfección

En las redes sociales, nos importa mucho ser aceptados y mostramos una imagen perfecta de nosotros mismos. Queremos que todos vean que nuestra vida es un éxito, que tenemos una casa maravillosa, unos amigos estupendos, que tenemos un trabajo fantástico… Nos esforzamos por mostrar lo mejor de nosotros mismos, nuestro lado más fuerte y más exitoso. Sin embargo, esta búsqueda de la perfección puede llevarnos a la atelofobia, el miedo irracional a ser imperfecto.

Llorar, el mejor ansiolítico

Como explica Buenaventura del Charco, el primer problema de negar la vulnerabilidad es que estamos negando una parte de nosotros, reprimiendo algo que, por mucho que no nos guste, está ahí. Esto nos lleva a reprimir emociones de tristeza, ansiedad, vergüenza… Y esa evitación emocional es la causa de muchos problemas psicológicos como los trastornos depresivos o de ansiedad o los cuadros obsesivos. Emociones como la tristeza son un buen regulador emocional y un profundo ansiolítico, nada es más liberador que permitirse llorar.

La vulnerabilidad nos hace más fuertes

La vulnerabilidad puede ser una forma de reconciliarnos con nosotros mismos, de aprender a entender que somos falibles. Sólo de esta manera podremos bajar el ritmo, tratarnos con menor dureza y juzgarnos de una forma más amable. Permitirnos ser 'débiles' es un gran acto de confianza con nosotros mismos, lo que fortalece la seguridad en uno y la autoestima, concluye Del Charco.

La trampa de dar nuestra 'mejor versión'

Desde que somos pequeños nos enseñan a ocultar nuestras emociones, a no mostrar las inseguridades y a ofrecer nuestra 'mejor versión', que está muy de moda ahora. Esa mejor versión, a menudo, se identifica con mostrarnos fuertes y seguros. Sin embargo, esta enseñanza puede ser peligrosa y afectar a la infancia y la vida adulta.

La vulnerabilidad es un símbolo de valentía

Finalmente, la vulnerabilidad puede ser una forma de reconciliarnos con nosotros mismos, de aprender a entender que somos falibles. Ser vulnerable, entendiéndose como tener sensibilidad a tu entorno y estar en contacto con tus emociones reales es una gran ventaja, porque te hará llegar más lejos en la vida, afirman los expertos consultados.

La vulnerabilidad nos hace más fuertes. Mostrarnos tal como somos, sin miedo a parecer vulnerables, nos hace ganar en autoconfianza. La aceptación al cambio; una mayor seguridad, porque ser vulnerables nos aleja del miedo a equivocarnos; aumenta la autoestima porque al reconocer que somos vulnerables nos hace tener una actitud positiva; y nos ayuda a expresar nuestras emociones.

La vulnerabilidad es un símbolo de valentía. No tengas miedo de mostrarte vulnerable. La vulnerabilidad es un camino hacia la autenticidad y la conexión.

Marina Ramírez

Soy Marina, una autora apasionada por la actualidad nacional española. En Diario Online, un periódico independiente, comparto mis análisis y opiniones sobre los eventos más relevantes de nuestro país. Con mi pluma perspicaz y mi compromiso con la verdad, busco ofrecer a los lectores una visión objetiva y completa de la realidad que nos rodea. ¡Acompáñame en este apasionante viaje a través de las noticias más importantes de España!

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