En el marco de la actual situación política en España, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha reivindicado la celebración de un referéndum sobre la independencia de la región y ha rechazado los imposibles planteados por el Gobierno central. En sus declaraciones, Aragonès ha destacado que Dios no fijó como un mandamiento la unidad de España, subrayando así la legitimidad de la consulta popular como vía para resolver el conflicto político en Cataluña. Estas afirmaciones ponen de manifiesto la profunda divergencia de posturas entre el ejecutivo catalán y el español en torno a la cuestión territorial, evidenciando la complejidad y sensibilidad del tema en la actualidad.
Aragonès defiende referéndum y desafía al Gobierno con declaración polémica
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, y candidato de ERC a las elecciones catalanas del 12 de mayo ha ofrecido una comparecencia en Madrid donde ha reivindicado el referéndum de independencia como objetivo último de su estrategia política. Aragonès ha rechazado los imposibles del Gobierno central y ha afirmado que tanto el cupo catalán como el referéndum serán viables, destacando que Dios no fijó como un mandamiento la unidad de España.
Para el dirigente republicano, la negociación de un sistema fiscal propio para Cataluña será un hito más en el camino de resolución del destino político de su formación, permitiendo que la ciudadanía catalana pueda decidir libremente. Según Aragonès, su partido es mucho más creíble que el Ejecutivo central, confiando en lograr sus objetivos políticos al condicionar la mayoría de Gobierno.
El presidente de la Generalitat ha defendido que la gente pueda votar sobre la independencia y ha propuesto pactar un referéndum como forma de resolver el conflicto sobre la soberanía en el marco de un Estado democrático. Aragonès ha admitido que un referéndum podría provocar cambios muy profundos, pero ha argumentado que una democracia no puede sostenerse si hay ciudadanos formando parte del Estado en contra de su voluntad.
En su discurso, Aragonès desafía a las fuerzas políticas contrarias a sus planteamientos, subrayando que en Cataluña no entendemos de imposibles. Propone que la unión entre Cataluña y España se base en una decisión democrática, no en una imposición. Su propuesta de pactar un referéndum busca que cualquier resultado sea considerado legítimo y aceptado por todas las partes involucradas en el conflicto.
Con estas declaraciones, Pere Aragonès ha marcado un claro desafío al Gobierno central y a las formaciones políticas contrarias a la independencia de Cataluña, abogando por la vía del diálogo y la negociación como camino para resolver el conflicto de soberanía en la región.
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