La situación en el puerto de Barcelona llega a un punto crítico, según ha advertido el alcalde, Ada Colau, a través de su concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Eloi Badia. La razón es la creciente llegada de cruceros a la ciudad, lo que está generando un impacto ambiental y de congestión en la zona portuaria. Según el concejal, la sostenibilidad del puerto se ve amenazada por la cantidad de buques que llegan a la ciudad, lo que obliga a plantearse la posibilidad de eliminar alguna terminal marítima. Esta medida radical busca reducir la contaminación y el ruido que generan los cruceros, y encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente.
Collboni advierte que Barcelona llega al límite con el turismo de cruceros y no descarta eliminar terminal marítima
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha manifestado su preocupación por el creciente número de cruceristas que llegan a la ciudad, lo que ha generado quejas vecinales por la masificación turística. Ante esta situación, no ha descartado la posibilidad de eliminar alguna de las terminales de cruceros del puerto de la ciudad.
Un crecimiento anual del 8%, eso es lo que ha experimentado el número de cruceristas que llegan a Barcelona, lo que ha llevado a la ciudad a llegar al límite, según palabras del propio alcalde. En 2018, se firmó un convenio con el puerto que estableció un límite de 2,6 millones de cruceristas, pero en 2023 se superó ese número con 3,6 millones de visitantes, de los cuales 1,6 millones solo hicieron una escala de pocas horas.
Ante esta situación, el Ayuntamiento y el puerto han iniciado conversaciones para firmar un nuevo convenio que podría incluir la eliminación de alguna terminal, si fuera necesario. Actualmente, hay cinco terminales en funcionamiento, una en construcción y una séptima adjudicada.
Barcelona es el primer puerto europeo en cuanto a la cantidad de cruceristas que acoge y el cuarto del mundo. El alcalde ha defendido la importancia del turismo para la ciudad, pero también la necesidad de limitar los efectos negativos de masificación, como ejemplo, ha mencionado a puertos como los de Venecia o Ámsterdam, que ya han establecido límites en el número de cruceros que atracan.
El alcalde ha manifestado que el turismo da trabajo a mucha gente, pero queremos que tenga calidad y no tanta cantidad, y ha añadido que no podemos mirar a otro lado. También ha anunciado que hablará con la Generalitat, el Gobierno, la industria turística, sectores sociales y vecinales, y la Autoridad Portuaria para limitar y reducir el número de cruceristas, especialmente aquellos que solo hacen escala de unas horas y no generan gasto en la ciudad.
La teniente de alcaldía, Laia Bonet, que lidera las negociaciones con el puerto junto con el teniente de alcaldía Jordi Valls, ha señalado que no hay una fecha concreta para firmar un nuevo convenio. El convenio de 2018, según ella, ha dado sus frutos en general, pero no ha tenido un efecto coherente en el número de cruceristas.
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