Condena a dos años de prisión para estafador que defraudió a víctimas en nombre del amor en Gipuzkoa
En un veredicto emitido por un juzgado de Gipuzkoa, un estafador ha sido condenado a dos años de prisión por defraudar a varias víctimas en nombre del amor. El acusado, que utilizó técnicas de manipulación emocional para ganar la confianza de sus víctimas, les prometió relaciones sentimentales y les robó grandes cantidades de dinero. La fiscalía logró demostrar que el estafador actuó con mala fe y que sus acciones causaron un daño emocional y económico significativo a sus víctimas. Esta condena es un aviso a todos aquellos que intentan aprovecharse de la vulnerabilidad de los demás.
Estafa amorosa en Gipuzkoa: Condenado a dos años de prisión por defraudar a víctima de 102.500 euros
Una víctima de estafa amorosa en Gipuzkoa ha logrado que su ex pareja sea condenado a dos años de prisión y a pagarle 102.500 euros, más intereses legales, después de que ella se diera cuenta de que había caído en una trampa emocional.
Me di cuenta de que había caído en una estafa amorosa como las de internet, relató la víctima ante el tribunal. Estaba engañada y feliz, pero se quedó con la cuenta a cero.
La víctima, que se encontraba en una situación de depresión y vulnerabilidad, conoció al estafador a través de una aplicación de contactos en internet. El hombre le dijo que tenía una empresa de ventanas y persianas con trabajadores y le pedía dinero para pagar a proveedores, trabajadores, a Hacienda o para comprar materiales.
La víctima, que se sintió loca y muy sola, comenzó a entregarle dinero cuando él se lo pedía, creyendo que lo ayudaba a satisfacer pagos de su empresa y a mantener a sus dos hijos. Estaba muy sensibilizada y le creía, confesó la perjudicada.
La Audiencia de Gipuzkoa ha otorgado total credibilidad al testimonio de la víctima y ha impuesto al hombre la obligación de compensarla con 102.500 euros más los correspondientes intereses legales.
La sentencia
La Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa ha reconocido que la mujer padecía un trastorno ansioso depresivo y un trastorno de alteración de la personalidad moderado que eran conocidos por el acusado.
La resolución constata que el encausado se prevaleció de esta situación de vulnerabilidad, guiado por el ánimo de obtener un enriquecimiento injusto y exhibiendo una capacidad económica de la que carecía.
El hombre logró que la mujer le realizara numerosas transferencias bancarias por un importe total de 98.200 euros con la promesa de restitución. Además, la afectada le ingresó directamente en ventanilla diferentes sumas por un total de 4.300 euros, hasta un total de 102.500 euros.
La víctima fue consciente de la estafa en enero de 2018, cuando terceras personas le aseguraron que el hombre tenía deudas y era un estafador.
Finalmente, la Audiencia se apoya en el testimonio de la víctima, que resulta verosímil y carece de motivos espurios para incriminarlo, más allá de el deseo de recuperar las sumas arrebatadas.
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