En el umbral de lo desconocido y lo misterioso, existe un tipo de viajero que se siente atraído por la oscuridad y la mortalidad. Un tipo de turismo que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años, y que nos lleva a visitar lugares que nos permiten mirar de frente a la muerte. Se trata del turismo macabro, una práctica que implica visitar lugares relacionados con la mortandad, el crimen y la oscuridad, como museos de la morgue, cementerios abandonados o lugares históricamente vinculados a asesinatos o crímenes. En este artículo, nos adentraremos en el fascinante mundo del turismo macabro, un viaje a las sombras más oscuras de la humanidad, donde la mortalidad se convierte en un atractivo turístico.
- El fascinante atractivo de la mortalidad: El turismo macabro, un viaje a las sombras más oscuras de la humanidad
- El macabro atractivo de la muerte: ¿Por qué los turistas se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
- La fascinación por la mortalidad: ¿Por qué los viajeros se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
- La atracción de la muerte: ¿Por qué los turistas se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
- El turismo macabro: Un viaje a las sombras más oscuras de la humanidad
El fascinante atractivo de la mortalidad: El turismo macabro, un viaje a las sombras más oscuras de la humanidad
En junio de 2019, Vicente, un camionero, decidió viajar con su pareja hasta la finca de La Romana en Tous, Valencia, para hacer una ofrenda floral tras ver un true crime de Netflix. Allí se hallaron los cuerpos de las niñas del crimen de Alcásser, Miriam, Toñi y Desiré, que fueron brutalmente asesinadas en 1992 y allí también fue donde Vicente encontró, veintisiete años después, varios restos óseos de una de las menores.
Me gusta la criminología y lo paranormal, no hice ese viaje por morbo, solo quería dejar unas flores, contó entonces el hombre, al que tacharon de friki por acudir al lugar del famoso crimen.
El macabro atractivo de la muerte: ¿Por qué los turistas se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
Pero el caso de Vicente no es excepcional. Cientos de turistas recorren cada año escenarios de crímenes, cárceles, campos de concentración, zonas cero. el último lugar que ha atraído a los curiosos es la villa tailandesa donde Daniel Sancho descuartizó el cuerpo de Edwin Arrieta. El Hotel Bougain, a las orillas de Salad Beach en Koh Samui, ha multiplicado las reservas.
Todo esto es lo que se conoce como tanatoturismo o turismo macabro.
La fascinación por la mortalidad: ¿Por qué los viajeros se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
Hay varias razones por las que alguien decide viajar a estos sitios. Una de ellas puede ser, simplemente, saber qué pasó y cómo, explica Edgar Artacho, psicólogo forense. En el caso de los lugares donde se han cometido asesinatos, la fascinación puede llegar por esa sensación de miedo controlado. Sabes que no te va a pasar nada, pero estás en el lugar en el que ocurrió todo.
Artacho pone de manifiesto que los estudios sobre el tema son escasos y que las variables son amplias. Diferentes ciencias tratan de explicar este tipo de comportamiento, pero hay muchas motivaciones por las que alguien puede acudir a visitar un lugar así. Depende de cada persona.
La atracción de la muerte: ¿Por qué los turistas se sienten atraídos por lugares de crímenes y tragedias?
Según la literatura científica, el único predictor es haber tenido contacto directo o indirecto con este tipo de situaciones. Las propias experiencias oscuras predicen esos comportamientos oscuros. Haber vivido, directa o indirectamente, asesinatos, atentados, delitos graves. esto abarca el haber sufrido un episodio de estas características pero también el haber consumido documentales de true crime, por ejemplo, o haber leído las noticias de los medios, que son los que más nos acercan a estos sucesos.
La propia escena del crimen es útil para que imaginemos mejor cómo pudo suceder y qué pudo conducir a una persona a desplegar conductas atroces.
El turismo macabro: Un viaje a las sombras más oscuras de la humanidad
Detrás del turismo macabro no solo hay un impulso evasivo de puro ocio o un morbo estéril por lo escandaloso, brutal y llamativo, dice Roberto Barbeito, sociólogo y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. También hay una necesidad de conocimiento y de aprendizaje moral respecto a lo que está bien y lo que está mal.
Barbeito apunta al ser humano como ser social y es a través de esa socialización donde se aprende el concepto del bien y del mal, pero muy pronto descubrimos que hay quienes infringen las normas morales causando horrendos crímenes y hay personas que tienen un particular interés por saber, incluso empáticamente, poniéndose en su piel para llegar a conocer qué es lo que puede impulsar a otros a contrariar la norma. También añade que esa socialización es la que lleva a las personas a un lógico deseo de curiosidad.
Pero el sociólogo va más allá en la función educativa: A su vez, sirve para aprender en qué mundo queremos vivir y en qué mundo no y, teniendo en cuenta cómo algunos transgreden la moral, sacar nuestras propias conclusiones respecto a la conveniencia o no, por ejemplo, de las medidas de represión establecidas. Según el experto, la propia escena del crimen es útil para que imaginemos mejor cómo pudo suceder y qué pudo conducir a una persona o a un conjunto de personas a desplegar conductas atroces, crueles o criminales.
La visita a Auschwitz tiene un componente colectivo y también es un aprendizaje, pero de cómo se llegó a cometer un genocidio.
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