En el panorama automovilístico británico, pocas marcas han dejado un legado tan impresionante como Rover. Con una historia que se remonta a 1878, la empresa que alguna vez fuera símbolo de la ingeniería británica y la calidad en la fabricación de vehículos, terminó su producción en 2005. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿qué sucedió con esta emblemática marca británica de automóviles? ¿Cuáles fueron los factores que llevaron a su declive y posterior desaparición? En este artículo, exploraremos el legado de Rover, desde sus inicios hasta su desaparición, y analizaremos las razones detrás de su caída.
La legado de Rover: un pasado ilustre y un presente en el olvido
La industria del automóvil se caracteriza por ser un sector volátil, debido a que los continuos avances tecnológicos propician la entrada de nuevos competidores en el mercado, que poco a poco van adquiriendo una mayor cuota de este, como en el caso de la firma Dacia en España.
Por tanto, ese espacio que van ganando algunas marcas viene por la desaparición de otras, como ocurrió con la firma británica Rover, que cesó su actividad en el año 2005, tras una larga historia de más de 100 años y con buenos datos de matriculaciones en nuestro país.
Los orígenes de Rover
Los orígenes de la firma británica se remontan a comienzos del siglo XX, en concreto al año 1904, cuando empezó a construir motocicletas para después ya centrarse en el sector del automóvil, su primera planta de producción se situó en Solihull, una ciudad cercana a Birmingham.
Durante las siguientes décadas, Rover siguió fabricando automóviles de gama media y alta, pero en el año 1947 se produce una escisión con el comienzo de la firma Land Rover, especializada en todoterreno.
Por otra parte, durante las décadas de los 50 y 60 goza de buenos números de ventas, hasta que en 1967 Rover fue vendida a Leyland Motor Corporation.
¿Por qué desapareció Rover?
En 1978, Leyland Motor Corporation fue nacionalizada por el gobierno de Reino Unido, y en 1982, Rover pasa a manos del Austin Rover Group hasta que, en 1994, la firma alemana, BMW, adquiere el grupo, que en aquel entonces contaba con otras marcas como Austin, Jaguar, Land Rover o Mini.
Pero en el año 2000, BMW decide deshacerse de Rover y la vende a un grupo de empresarios de Birmingham, quienes intentan reflotar la marca sin conseguirlo, por lo que en el año 2005, el MG Rover Group quiebra definitivamente y se cesa la producción de los coches Rover.
Modelos míticos de Rover
El primero de ellos que gozó de una gran popularidad fue el Rover 12, que comenzó a producirse en el año 1909 con un modelo de 2 cilindros y que siguió en el mercado hasta el año 1948, con la producción del Rover 12 Sports Tourer.
Otros coches de renombre de la firma británica fueron el Rover P6, en los años 60 y 70; el Rover 200, que llegó al mercado en el año 1989; o el Rover 75, que fue el último modelo que estuvo en el mercado y con el que se despidió la compañía en el 2005.
Fue un final triste para una marca que había sido líder en el mercado británico durante muchas décadas, pero su legado sigue vivo en el corazón de los amantes del automóvil.
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