- El Pecado de la Simplificación: ¿Por qué No Debemos Tratar a las Personas Mayores como si Fueran Niños Pequeños?
- No infantilices a los ancianos: la importancia de un lenguaje respetuoso y empático
- El lenguaje para viejos: un patrón comunicativo perjudicial
- Consecuencias negativas del lenguaje para viejos
- Estrategias de comunicación centradas en la persona
- Consejos para una comunicación efectiva con los ancianos
El Pecado de la Simplificación: ¿Por qué No Debemos Tratar a las Personas Mayores como si Fueran Niños Pequeños?
En nuestra sociedad, es común minusvalorar a las personas mayores, tratándolas como si fueran niños pequeños, incapaces de tomar decisiones por sí mismos. Esta forma de simplificación no solo es ofensiva, sino que también puede tener consecuencias graves en su salud mental y bienestar emocional. A medida que envejecemos, nuestra experiencia y sabiduría se vuelven más valiosas, y es hora de reconocer que las personas mayores son individuos complejos, con necesidades y deseos únicos. En este artículo, exploraremos las consecuencias de este pecado de la simplificación y por qué es fundamental respetar la autonomía y la dignidad de las personas mayores.
No infantilices a los ancianos: la importancia de un lenguaje respetuoso y empático
X, X y X son algunos de los municipios con mayor esperanza de vida de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, a pesar de la longevidad, los ancianos a menudo se enfrentan a una forma de comunicación que puede herir sus sentimientos y afectar su autoestima.
El lenguaje para viejos: un patrón comunicativo perjudicial
En el mundo anglosajón, se conoce como elderspeak la forma de hablar a los ancianos como si fueran niños. Aunque se hace con buena intención, puede tener consecuencias negativas. El personal docente e investigador en fisioterapia y enfermería, Paula Cordova Alegre, explica que cuando utilizamos este patrón comunicativo, elevamos la voz, hablamos más lentamente y marcamos la pronunciación, usamos frases cortas y echamos mano de los diminutivos, ya que creemos que las personas mayores no van a poder seguir el hilo de la conversación.
El elderspeak se caracteriza por un vocabulario más sencillo, con estructuras de frases más simples y trufadas de apelativos exageradamente cariñosos, preguntas cerradas, repetición de conceptos y un uso reiterado de la primera persona del plural. Esta forma de hablar es similar a la manera en que los adultos se dirigen a los bebés, conocida en inglés como motherese o infant directed speech.
Consecuencias negativas del lenguaje para viejos
Aunque el cambio de registro comunicativo puede ser beneficioso en casos de demencia o deterioro cognitivo, en contextos generales puede acarrear consecuencias negativas, como una disminución de la autoestima o sentimientos de ser menospreciados, vergüenza y humillación. Los ancianos que son infantilizados de manera continuada incluso tienen riesgo de caer en depresión.
Estrategias de comunicación centradas en la persona
Es importante que los profesionales sanitarios y cuidadores se conciencien y se formen para tratar adecuadamente a las personas mayores. El programa de capacitación Changing Talk (CHAT) enseña estrategias de comunicación en este ámbito y ha demostrado su eficacia para aumentar la confianza y la satisfacción de los profesionales que atienden a ancianos, promoviendo una relación más centrada en la persona que tienen delante.
Consejos para una comunicación efectiva con los ancianos
Para conseguir una comunicación efectiva con las personas mayores y evitar caer en el uso excesivo del elderspeak, podemos seguir los siguientes consejos:
Respeto. Eludiremos términos excesivamente cariñosos cuando estén fuera de contexto como cariño, cielo, querido, etc.
Empatía y comprensión. Hay que realizar una escucha activa, aunque a las personas mayores les cueste a veces expresar sus pensamientos o sea difícil entenderlos. Evitaremos hacer interrupciones impertinentes que puedan fomentar su frustración.
Adaptación de la comunicación al individuo. Como cada persona es diferente, hay que ajustar el ritmo y el lenguaje a sus necesidades particulares. Siempre debemos estar atentos a las señales que puedan hacernos entrever que el interlocutor no se está sintiendo a gusto con nuestra forma de hablar.
Hacerles partícipes de las decisiones. Un error muy frecuente, y que afecta a las emociones de los ancianos, es tomar decisiones por ellos como si no estuvieran presentes. Debemos preguntarles siempre su opinión y sus preferencias e intentar respetar siempre sus elecciones. Esto les hará sentirse útiles.
Paciencia. Es la clave para conseguir una comunicación efectiva con la persona que tenemos delante y hacer que se sienta cómoda.
No olvidemos que las personas mayores tienen un papel fundamental en nuestra sociedad y que es muy importante poder escuchar y aprender de sus opiniones, valores e historias. Por ellos y por nosotros, es imprescindible crear un ambiente comunicativo óptimo.
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