Isabel Ordaz desvela su lucha contra el cáncer
En una entrevista en la radio Cadena Ser, la actriz Isabel Ordaz ha revelado que hace más de cinco años le diagnosticaron un cáncer de colon. Este diagnóstico cambió por completo su vida y la llevó a escribir su libro La vida en otra parte. Viaje alrededor del cáncer, publicado por Rocaeditorial.
El cáncer suele dejarte, en el mejor de los casos, varios años entretenida, confusa, anonadada, reveló la actriz en la entrevista. Sin embargo, Ordaz decidió tomar el control de su vida y crear una realidad paralela para seguir existiendo.
El diagnóstico como un golpe emocional
El diagnóstico de cáncer de colon supuso un golpe emocional para Ordaz. Poco a poco, me vi secuestrada, anonadada. Para no ser anulada del todo necesitaba mi propio relato, convertirlo todo en una narración, cuenta la actriz.
La enfermedad la llevó a replantear su vida y a sentirse anonadada. Un diagnóstico de estas características hace que todo se deshaga a tu alrededor. Solo hay una flecha que señala el departamento de oncología, afirma.
La necesidad de crear una realidad paralela
Para Ordaz, crear una realidad paralela se convirtió en una necesidad para seguir existiendo. Necesitaba crear una realidad en paralelo para que mi yo siguiera existiendo, explica.
La actriz también habla sobre el miedo real que sintió al enfrentar la enfermedad. Era yo la que estaba en ese túnel, con la posibilidad real de morirme, con una enfermedad que tiene algo de estigma, bastante dolor y una terapia muy dolorosa.
La operación y la dependencia
La operación que tuvo lugar en plenas Navidades fue un momento difícil para Ordaz. Te quedas en nada, lleno de fragilidad. Empiezas a ser una persona muy dependiente del cariño de los amigos, del cuidado de la gente, de la amabilidad de los enfermeros y de las enfermeras e incluso de los propios especialistas, cuenta.
El futuro incierto
Aunque han pasado varios años desde el diagnóstico, el futuro de Ordaz sigue siendo inestable e incierto. Todo se altera, todo adquiere otra dimensión. Te quedas como perpleja. Ni siquiera podía llorar. Poco a poco, el diagnóstico va bajando al corazón, a la piel, afirma.
La voluntad de vivir
A pesar de la enfermedad, Ordaz ha encontrado la voluntad de vivir y agradece a la sanidad pública por su recuperación. Gracias a Dios, he renacido. Gracias a los médicos, a todos. A la amistad también. Y a mí misma, supongo. Ya he pasado el ciclo de las revisiones. Tengo que seguir revisándome, pero con un plazo más largo. Por seguridad y por protocolo, en oncología, nunca recibes un alta como tal, pero se puede decir que el médico me ha dicho que estoy curada.
Finalmente, Ordaz concluye que ya llevo prácticamente cinco años haciendo una vida normal (que le ha permitido, incluso, actuar en el teatro). Y además, con esa fuerza de haber pasado por ese territorio oscuro del túnel, de la telaraña, de la no vida, del peligro de perderla.
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