La crisis del agua se ha convertido en una realidad alarmante para la humanidad. Según un informe reciente, más de la mitad de la población mundial, es decir, más de 4.000 millones de personas, enfrentan la carencia de agua potable durante al menos un mes al año. Esta situación es particularmente crítica en regiones como África, Asia y América Latina, donde la escasez de agua se suma a la pobreza y la inestabilidad política. La sequía, la contaminación y la ineficacia en la gestión de los recursos hídricos son solo algunos de los factores que contribuyen a esta crisis. En este sentido, es fundamental abordar esta problemática de manera urgente y sostenible para garantizar el acceso a este recurso básico para la supervivencia humana.
La crisis del agua: más de la mitad de la humanidad enfrenta la carencia de agua potable al menos un mes al año
Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change revela que más del 55% de la población humana mundial vive actualmente en áreas que experimentan falta de agua potable al menos un mes al año, cifra que podría elevarse al 66% al final de este siglo, especialmente en África subsahariana.
El trabajo, elaborado por tres investigadores de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), se basa en un modelo global de última generación sobre cantidad y calidad hídrica para calcular la escasez de agua potable hasta finales de este siglo. Según el autor principal del estudio, Edward Jones, el cambio climático y los avances socioeconómicos tienen impactos multifacéticos en la disponibilidad, la calidad y la demanda de recursos hídricos en el futuro.
El estudio destaca que la escasez de agua potable no es un problema uniforme en todo el mundo. Mientras que en Europa occidental y América del Norte la escasez de agua se concentra en unos pocos meses del año, en las naciones en desarrollo la escasez es más generalizada y persiste durante una mayor parte del año.
Los aumentos en la exposición futura son mayores en el Sur Global, explica Jones. Estos suelen estar impulsados por una combinación de rápido crecimiento poblacional y económico, cambio climático y deterioro de la calidad del agua.
El investigador destaca que la falta de agua potable presenta un riesgo sistémico tanto para los seres humanos como para los ecosistemas. Nuestro trabajo destaca que, además de reducir sustancialmente nuestra demanda de agua, debemos poner un enfoque igualmente fuerte en eliminar la contaminación del agua para cambiar el rumbo de la crisis mundial del agua, concluye.
La situación es grave y requiere una acción urgente para mitigar los efectos del cambio climático y la escasez de agua potable en todo el mundo.
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