En un giro sorprendente de los eventos, Pablo de Rojas, un obispo excomulgado, ha asumido el liderazgo de las monjas clarisas de Belorado, una orden religiosa conocida por su dedicación a la contemplación y la oración. Lo que hace que esta noticia sea aún más intrigante es la afirmación del propio Pablo de Rojas, quien asegura que tiene la capacidad de expulsar demonios. Esta declaración ha generado un gran revuelo en la comunidad religiosa y ha llevado a muchos a cuestionarse la autoridad y la legitimidad de este líder religioso controvertido.
El conflicto entre las monjas clarisas de Belorado y el Arzobispado de Burgos llega a un punto crítico
El rifirrafe abierto entre las monjas clarisas de Belorado y el Arzobispado de Burgos ha vivido este viernes un nuevo capítulo con el requerimiento formal por parte del Arzobispado para que el obispo excomulgado Pablo de Rojas y el portavoz de las clarisas José Ceacero abandonen el monasterio donde se encuentran acompañando a las monjas que se rebelaron contra el Vaticano el pasado 13 de mayo.
Desde entonces, estas religiosas se han puesto bajo la tutela de Pablo de Rojas, excomulgado en 2019, que aún se hace llamar obispo y es fundador de la denominada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli. De Rojas, atrincherado allí con las clarisas, oficia misas y otras celebraciones religiosas que publican en redes sociales, algunas de ellas con mensajes velados, pero a la vez muy directos sobre la situación que viven con la Iglesia católica.
El Arzobispado de Burgos toma el control del convento de las monjas clarisas
El Arzobispado de Burgos ha tomado el control del convento de las monjas clarisas y ha requerido a Pablo de Rojas y José Ceacero que abandonen el recinto. Sin embargo, fuentes de la Pía Unión han asegurado que no han recibido ningún burofax y que tanto Pablo de Rojas como José Ceacero siguen en el monasterio y no tienen intención de abandonarlo porque, según han añadido, tendrá que ser un juez el que les obligue a salir.
Por otra parte, un grupo de monjas clarisas de Belorado han acudido este viernes por la tarde al juzgado de Guardia de Burgos y han estado en su interior durante algo más de media hora, aunque ni ellas ni la Pía Unión han querido desvelar el motivo.
La prohibición del arzobispo de Burgos
El pasado miércoles, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, anunció que se prohibía expresamente el acceso y la permanencia en los monasterios y todos los inmuebles vinculados a la comunidad de religiosas de Belorado y Orduña.
La prohibición se enmarca en el nombramiento de Iceta como comisario pontificio por parte de la Santa Sede, lo que le confiere plenos poderes sobre los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, en los planos administrativo, religioso y patrimonial.
La denuncia de las monjas clarisas
Este viernes, el portavoz de las clarisas, José Ceacero, también ha salido a las puertas del monasterio para anunciar a los medios de comunicación que la abadesa, sor Isabel, y dos hermanas más habían interpuesto una denuncia contra Mario Iceta por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho de libre asociación.
La denuncia fue interpuesta el pasado miércoles en la Comisaría de la Policía Nacional de Logroño, que la ha tramitado, pero todavía no ha sido recibida en el Arzobispado.
Ceacero afirmó este pasado jueves a los periodistas que tanto él como el obispo excomulgado Pablo de Rojas tienen intención de seguir en Belorado todo el tiempo que las religiosas les requieran, acompañándolas y ofreciendo el apoyo espiritual.
Y ha insistido en que, con la comunicación por burofax el 14 de mayo, las monjas ya se encuentran fuera de la jurisdicción del arzobispo. Eso, unido a que el monasterio es cien por cien de su propiedad, supone que las peticiones o reclamaciones de Iceta no tienen valor.
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