En un giro inesperado, una estrella de la UFC ha decidido romper el silencio y compartir con el mundo su lucha interna antes de cada combate. A diferencia de la imagen de confianza y seguridad que proyecta en el octágono, este luchador ha admitido sentirse atorrizado antes de subir al ring. En una entrevista reveladora, el campeón confesó que cada mañana se sentía como una mierda, y que la ansiedad y el estrés le impedían dormir la noche antes de una pelea. Esta confesión sorprendente nos muestra que, incluso en el mundo de las artes marciales mixtas, los luchadores también luchan contra sus propios demonios internos.
La verdad detrás de la máscara: George St-Pierre admite sentirse aterrorizado antes de las peleas
En general, cuando los peleadores de MMA van a entrar en una jaula tienen caras serias, de enfado o de provocación. Suelen cruzar miradas con sus entrenadores y equipos en las que se transmiten seguridad, pero, por detrás de eso, parece que hay miedo.
Es el caso, al menos, de George St-Pierre, una de las estrellas más reconocidas de UFC. En una entrevista concedida estos días, el ex campeón del peso wélter ha señalado que lo pasaba muy mal los días que tenía que pelear. Cada mañana que tenía que pelear, cuando me despertaba, me sentía como una mierda. No dormía. Pero no lo reconocía y mentía a mis compañeros e incluso a mí mismo. Decía que me sentía genial, que estaba listo para patear traseros, pero no era así, ha confesado el canadiense.
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No hay demasiados luchadores que hayan sido tan honestos cuando hablan de lo que sienten antes de competir, pero George St-Pierre no se ha guardado nada y ha pronunciado palabras que son tabú, al menos de cara al público. Me mentí durante toda mi carrera, pero estaba aterrorizado. Me sentía extremadamente incómodo. Fingía ser invencible y estar 100% porque pensaba que era la única manera de ganar, pero todo era mentira, porque en el fondo estaba muy asustado, ha añadido el ex campeón de UFC.
Otros luchadores que, al menos entre líneas, han confesado cómo se sienten son Donald Cerrone o Jon Jones, que ha reconocido en alguna ocasión que tiene pesadillas con sus rivales y que su miedo es tan fuerte a veces que se obsesiona por completo. Incluso en el boxeo, Mike Tyson ha llegado a decir que la experiencia de competir puede ser muy desagradable y que nunca querría eso para sus hijos.
La confesión de George St-Pierre es un ejemplo más de que, detrás de la máscara de seguridad y confianza que los luchadores suelen mostrar, hay un ser humano que siente miedo y duda. Un miedo que, en muchos casos, puede ser el motor que los impulsa a dar lo mejor de sí mismos en el octágono.
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